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La vacuna frente al VPH cambia el paradigma médico ante el cáncer

Los especialistas denuncian que los medios de comunicación no sensibilizan suficientemente acerca de su importancia

Jackie Calleja, Susana Granado, Javier Barbado y Jesús de la Fuente.

22 dic 2016. 08.00H
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POR @JAVIERBARBADO
Miguel Fernández de Vega y Cristina Cebrián
Tal vez el aspecto más relevante de la vacuna del Virus del Papiloma Humano (VPH) reside en su capacidad para la prevención del cáncer. Acostumbrados a que la Medicina Preventiva se concentre en las enfermedades infecciosas, el solo hecho de introducir este nuevo concepto en la epidemiología debería bastar para concienciar a la población de su importancia. Los invitados al debate de Sanitaria 2000 analizan la inclusión de la vacuna frente al VPH en el calendario vacunal obligatorio, la conveniencia de que no se limite la prescripción a las mujeres y el tratamiento informativo de los medios acerca de la propia vacuna, entre otros asuntos.

Susana Granado deja fuera de toda duda la eficacia de la vacuna.

Javier Barbado, moderador: ¿por qué  la población debe concienciarse de que es necesario prevenir la infección por VPH?

Jackie Calleja, médico adjunto del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid: Subrayo en primer lugar lo importante que es el hito en medicina en cuanto a la relación de un virus con un cáncer. Somos capaces de evitar un cáncer, y no solamente el del cuello de útero en este caso, ya que en relación al VPH hay más tipos, incluso extragenitales. De ahí la importancia desde el punto de vista epidemiológico.

Esto realmente ha supuesto un antes y un después en el manejo de la infección y, ante todo, en el planteamiento de la prevención de la infección por el VPH. En España, por ejemplo, se producen al año más de 2.000 casos de cáncer cervical, con una mortalidad muy elevada de casi un 50 por ciento. Al final hemos de considerar todo lo relacionado con el VPH, que no solamente son los cánceres, sino todas las lesiones precursoras y la gran carga asistencial que supone todo ello para el sistema sanitario, la carga emocional para los pacientes…

Pero lo más relevante, como digo, es que cuando hablamos de las vacunas decimos, o yo por lo menos lo hago, que no es una vacuna frente a una infección, sino frente a un cáncer, y éste es el quid de la cuestión para que la gente se conciencie y entienda las dimensiones de lo que hablamos desde el punto de vista de la salud pública.

Susana Granado, Jefa de área de la Subdirección de Promoción, Prevención y Educación para la Salud de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid: No puedo estar más de acuerdo. Sin duda alguna, las vacunas son la estrategia de salud pública que se ha demostrado más eficaz y más eficiente a lo largo del último siglo. En efecto, en el caso de la vacuna frente al VPH disponemos de una vacuna que va un paso más allá al dirigirse contra el cáncer.

Es una vacuna que se aprobó en 2006, en Europa, y que está en los calendarios de vacunación del Ministerio de Sanidad y también, en concreto, en la Comunidad de Madrid desde septiembre de 2008. Desde que se empezó la vacunación se ha observado una reducción en la carga de la enfermedad. Lógicamente, desde que se produce la infección por el VPH hasta que aparece un cáncer de cuello transcurren una serie de años, alrededor de 20, según se estima.

De tal forma que, a lo largo de los próximos años, continuaremos viendo cómo produce una reducción en cuanto a carga de enfermedad de cáncer, pero ya la estamos detectando en lesiones preneoplásicas, intraepiteliales, de grado 1, de grado 2 o de carcinomas in situ.

Jesús de la Fuente no excluye a los varones de las indicaciones de la vacuna.

Javier Barbado: por otra parte, ¿se deben vacunar también los varones del VPH?

Jesús de la Fuente, ginecólogo del Hospital Universitario Infanta Leonor y vicepresidente de la Junta Directiva de HPV de Madrid: La vacunación en varones también es necesaria, incluso fundamental, y, de hecho, muchos países la han incluido según se han ido viendo los beneficios que posee. En concreto: Estados Unidos, Canadá, Australia, Austria, Suiza, Suecia e Israel. Todos esos países ya han incluido la vacunación en niños dentro de sus calendarios vacunales.

Al varón no se le puede dejar de vacunar, porque es una parte fundamental de la cadena epidemiológica del virus; de no vacunarles sucederá, por ejemplo, que los varones que tengan solo relaciones con hombres, los homosexuales, estarán desprotegidos, así que estaríamos penando la equidad en ese sentido.

Además, una protección de rebaño, como se la conoce, solamente valdría para una red geográfica determinada; con la movilidad que hay a nivel mundial, si alguien viaja a otro país o se cambia de entorno y llega a otro en el cual no se ha producido, pues tampoco estaría protegido, por lo cual, si no te vacunas a ti mismo como varón, estarías perdiendo protección.

Por otro lado, desde el punto de vista epidemiológico, con la vacunación del varón no se interrumpiría la cadena de transmisión. Si no vacunamos a los varones siempre quedaría un reservorio, donde el virus podría persistir, y estaríamos dejando un sitio potencial donde el virus podría reactivarse. En España no se vacuna todavía a varones de forma sistemática con recomendación oficial, aunque la Asociación Española de Pediatría, en los últimos informes sobre la vacunación infantil, también hace esa recomendación.

Jackie Calleja: Estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Jesús: el varón también sufre cánceres relacionados con el virus del papiloma como cáncer de pene, de garganta, de laringe o de ano.

Desde el punto de vista de la salud pública también hay que tener  en cuenta los criterios de eficiencia. Está claro que, a lo mejor, la vacunación en el varón no resulta tan prioritaria como en la mujer, pero, desde luego, resulta necesaria a ojos vista. Es decir, si el cien por cien de las mujeres estuvieran vacunadas, seríamos capaces de realizar una protección extendida a los varones, pero no es así, con lo cual el varón se convierte en un actor principal de la película y, también, es totalmente necesaria la recomendación de la vacuna.

Jesús de la Fuente: En este sentido, vamos a publicar un estudio de coste-efectividad en España de lo que supone la vacunación que tendrá en cuenta la nueva vacuna nonavalente. Cuando tengamos el artículo publicado ya lo comentaremos.

Susana Granado: Las recomendaciones de salud pública que hay hasta la fecha, con todo, se refieren de forma exclusiva a las mujeres, tanto en el calendario del Ministerio, el de vacunación aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, como en el caso de cada una de las comunidades autónomas.

La vacunación se hace solamente en mujeres, ya que está diseñada para prevenir el cáncer de cérvix, hoy por hoy. Eso no quiere decir que, efectivamente, los calendarios de vacunación son dinámicos y están abiertos a innovaciones en función de la evidencia científica disponible y también de la aparición de nuevas vacunas.

Actualmente sabemos que la vacuna frente al VPH no solamente protege frente al cáncer de cérvix, sino también frente a otros tipos de cáncer e incluso frente a las verrugas genitales. Pero actualmente, en España, la vacuna solamente está incluida en el calendario de vacunación infantil y en mujeres.

En Europa, Austria la tiene incluida dentro de las recomendaciones del calendario de vacunación oficial y está financiada, y , en Italia, hay actualmente nueve regiones que tienen aprobada la vacunación. Creo que los cambios son lentos y, lógicamente, a la larga nos debemos ir planteando modificaciones en el calendario de vacunación infantil.

Javier Barbado: ¿Desde cuándo se prescribe en la Comunidad de Madrid?

Susana Granado: Desde el 1 de septiembre de 2008 está incluida en el calendario de vacunación infantil. Inicialmente, la pauta era de tres dosis para niñas de 14 años. Empezamos a vacunar a las niñas nacidas en 1994. En la actualidad, se modificó la ficha técnica de la vacuna, y empezamos a vacunar un poquito antes. Ahora estamos vacunando a los 12 años, exactamente con una pauta de dos dosis.

Por otra parte, también creo que es importante señalar que no sólo forma parte del calendario de vacunación de infantil de la Comunidad de Madrid; también está incluida en el calendario de vacunación del adulto. En esta autonomía disponemos de un calendario de vacunación del adulto desde 2005, tenemos 11 años de trayectoria y, en 2015, se introdujo la vacuna frente al VPH para mujeres de hasta 45 años de edad que presentan una lesión intraepiterial de grado 2, grado 3 o superior o por cualquier tipo de cáncer de cérvix.

Javier Barbado: ¿Cuál es la cobertura de la vacuna en otras comunidades autónomas?

Susana Granado: No vamos a la misma velocidad. Aquí resulta importante señalar que la cobertura media nacional es de un 70%. En la Comunidad de Madrid tenemos unas coberturas muy buenas, estamos a más del  90% en la primera dosis de vacuna y por encima del 80% en la segunda.

Jackie Calleja recuerda la todavía elevada tase de mortalidad por cáncer de cuello.

La vacuna frente al VPH es peculiar al dirigirse solamente a las niñas en una etapa que es adolescente y previa a la adolescencia, donde la sexualidad y la fertilidad adquieren gran importancia. Se trata de una edad en la que las niñas no acuden con tanta frecuencia a su pediatra y a su médico de familia; por lo tanto, se trata de una edad en la que la cobertura es más difícil y, además, inicialmente planteábamos una pauta de tres dosis que también es más difícil de cumplir. Todo esto dificulta el conseguir buenas coberturas.

Eso sí: el hecho de haber reducido la edad de vacunación de los 14 a los 12 años simplifica el cumplimiento del calendario de vacunación. La primera dosis de la vacuna frente al VPH se pone a los 12 años junto con la dosis de recuerdo de la vacuna frente al meningococo C, algo que ayuda mucho al cumplimiento del calendario. Y la segunda dosis la ponemos a los seis meses.

En otras comunidades, efectivamente, las coberturas son mucho más bajas. Depende un poco de las campañas que se han hecho para fomentar la vacunación a estas edades. En la Comunidad de Madrid hemos trabajado desde el inicio, desde que se empezó a vacunar, como decía, a las niñas nacidas en 1994, en el año 2008. Entonces se estuvo trabajando muy activamente para realizar campañas de captación activa de las niñas en esas edades.

Javier Barbado: Nos interesan sus opiniones sobre los movimientos antivacunas, de los que aparecen brotes, de cuando en cuando, a pesar de la evidencia  científica disponible.

Susana Granado: La vacuna frente al VPH es segura y eficaz. Se han puesto más de 300 millones de dosis en el mundo y los efectos adversos que se han recogido han sido, en general, locales y leves.

Además, el beneficio supera con mucho los efectos secundarios que puedan aparecer. Por otra parte, el Comité Asesor para la seguridad de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), vigila los posibles efectos secundarios y adversos que puedan aparecer. Inicialmente se asociaron algunos casos de enfermedades desmielinizantes al uso de la vacuna; sin embargo, no se ha encontrado ninguna asociación causal en múltiples estudios realizados entre la vacuna frente al VPH y la aparición de tales patologías.

Jackie Calleja: Cuestionar en siglo XXI la eficacia en una vacuna  es como retroceder cinco siglos en la Medicina. Equivale a cuestionar el uso de los antibióticos. El debate para mí no existe: no podemos perder ni un minuto en este asunto. Además, hablamos de una estrategia reconocida por la OMS, que es un organismo a todas luces independiente que vela por los problemas de salud pública en todo el mundo.

Javier Barbado: ¿A quiénes debería, definitivamente, vacunarse hoy del VPH?

Jackie Calleja: Respondería con la pregunta inversa, es decir, ¿quién no debe vacunarse? Los mayores beneficios de la vacuna, desde el punto de vista de la prevención, son en las niñas que no mantienen relaciones sexuales. Por eso la edad de vacunación se elige entre los 12 y 14 años, es decir, el momento en el que el impacto preventivo es el máximo.

Pero eso no significa que digamos que las mujeres que ya han tenido relaciones sexuales no deben ser candidatas a vacunarse. Por ejemplo, están las mujeres que han tenido relaciones sexuales pero no están infectadas, y no han tenido contacto con el virus, y éstas son muchas. La tasa o la prevalencia de la infección en mujeres con relaciones sexuales apunta a mujeres jóvenes por debajo de 25 años y es de un 25%, es decir, es una infección frecuente en la población joven, sobre todo si no tiene una pareja estable. En definitiva, hay un 75% de mujeres jóvenes que no están infectadas.

El hecho de que haya tres de cada cuatro mujeres que no están infectadas por el virus, pero que han tenido relaciones sexuales, las convierte en candidatas para vacunarse. Tampoco podemos olvidar a mujeres más mayores que tienen relaciones y no han padecido infecciones en el pasado y quieren evitarlas en el futuro. Por supuesto, también existen mujeres con lesiones tratadas, conizaciones realizadas en las que se ha demostrado que la vacuna ayuda a prevenir recurrencias de infecciones y de lesiones más adelante.

Jesús de la Fuente: Toda persona que tenga, haya tenido o vaya a tener relaciones sexuales, debe vacunarse. El 80% o hasta el 90% de personas que mantienen relaciones sexuales, en algún momento estará en contacto con el VPH. El preservativo no protege por completo frente a la infección porque no tapa toda la zona que está expuesta en una relación genital. Además, tampoco es impermeable al VPH, siempre pasa cierta cantidad, aparte de que mucha gente no lo utiliza bien porque no se lo pone desde el inicio de una relación sexual, sino solamente en el momento anterior a tener una eyaculación.

Javier Barbado: Desde el punto de vista de cada uno, ¿qué se espera que suceda con la infección por VPH en el primer mundo de aquí a unos años?

Jackie Calleja: Desaparecerá en la medida en que las tasas de cobertura de vacunación se mantengan elevadas. Es decir, pasar por encima del 80% se presupone que va a dar lugar a beneficios, un impacto en la salud poblacional en cuanto a la prevención de infecciones, lesiones precursoras, y cáncer.

Jackie Calleja, Susana Granado y Jesús de la Fuente defienden la máxima cobertura vacunal del VPH conforme dicta el Ministerio de Sanidad.


El escenario lo podemos dividir en varias fotos. Una de ellas son los resultados a corto plazo, que ya se ven desde el momento en el que se inicia la vacunación: por ejemplo, la disminución drástica de algunos genotipos en la población general, relacionados con la vacuna, en aquellos colectivos que la han recibido.

Lo más visible a corto plazo es la disminución de la incidencia de verrugas genitales, que es medible y que posee un impacto, lógicamente, en costes tanto emocionales para la paciente como para el sistema, además de la morbilidad.

A medio plazo, lo que vamos a ver (en realidad ya lo estamos viendo) es la disminución de la incidencia de lesiones precursoras, que es el escenario inmediatamente posterior a la infección viral, es decir, vamos a ser capaces de evitar una gran carga de enfermedad que no es letal pero que es la antesala a la aparición de un cáncer.

Me refiero a lesiones precursoras que precisan de tratamientos invasivos y de pruebas diagnósticas. En torno a 15 o 20 años vamos a ser capaces de medir realmente el impacto a la vacunación en cuanto a la prevención de cánceres invasores, es decir, el de cuello, pero también el de vagina, el de ano en los varones o el cáncer extra genital que está cobrando mucha importancia y que está relacionado con el cáncer por VPH de cabeza y cuello, que tiene una gran trascendencia porque es muy agresivo.

Jesús de la Fuente: Un dato de mucho peso es que, en Australia, hace unos años se ha publicado un estudio que revela que, en 2011, las mujeres hasta los 21 años que habían sido vacunadas no tuvieron ningún caso de verrugas genitales.

Jackie Calleja: Tenemos una cuenta pendiente que, tal vez los políticos, desde los estamentos de Salud Pública, podéis abordar. Me refiero a trasladar la vacunación a los colegios, algo que hemos planteado en los Comités de Expertos. Esto ayudaría muchísimo, es decir, que no se tratase de una opción de los padres, sino que fuera obligatorio tal como se hace en otros países. De este modo se evitaría que los progenitores decidieran sobre si es adecuado o no poner la vacuna, pues a menudo sus opiniones están sesgadas por creencias sociales, culturales o familiares.

Susana Granado: Trasladar la vacunación frente al VPH a los colegios depende de la implicación de los estamentos de la Dirección General de Salud Pública de cada Consejería, de cómo inciden en la promoción de la vacunación. Pero yo solo me ciño a la Comunidad de Madrid.

Como planteamiento, eso sí, estoy totalmente de acuerdo. De todos modos, es algo que está fijado de forma muy clara en el calendario del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, del que parten los calendarios de las autonomías.

Javier Barbado: Alguna de ellas, Cataluña en concreto, ha introducido un concepto más amplio a sus campañas de vacunación al hablar de ‘prevención frente al VPH’…

Jesús de la Fuente: La idea es ésa: la infección por el VPH no se acaba solamente en el cáncer de cérvix de la mujer. Se trata de ampliar la prevención a más sitios y ser multidisciplinar.

De hecho, ése es uno de los objetivos de la Asociacion HPV de Madrid y por eso integramos a especialistas relacionados con el VPH más allá de los ginecólogos como otorrinos, dermatólogos, coloproctólogos, pediatras, matronas, enfermeros, anatomopatológico, etc.

Jesús de la Fuente, Susana Granado y Jackie Calleja posan para Redacción Médica en el plató de televisión de Sanitaria 2000.


En Cataluña también se financia la vacunación a pacientes con VIH, que es una de las cosas que también deberíamos hacer. Digamos que si Australia ha sido como el líder en el asunto de las vacunas, Cataluña, en España, es puntera en investigación del VPH porque cuentan con entidades que se dedican fundamentalmente a esto como es el caso del Instituto Catalán de Oncología (ICO).  Todos vamos acabar asumiendo esa idea o ese concepto porque pienso que es necesario.

Jackie Calleja: Hay un aspecto en el que tenemos que dar un paso adelante. Me refiero a los registros de dosis de vacunas puestas fuera del calendario. Es decir, contamos con las dosis que se ponen en calendario a las niñas, sabemos las tasas de cobertura vacunal… pero no sabemos cuántas mujeres realmente están protegidas con la vacuna.

Susana Granado: Sí conocemos ese dato. Las vacunas se registran: todas las vacunas que se administran en Atención Primaria se encuentran dentro de una recomendación de salud pública y una partida financiera que se registra. Vacuna que se pone un paciente, la compra en la farmacia y también la registra el profesional de Atención Primaria.

Jackie Calleja: Sólo en ese nivel.

Susana Granado: También en atención hospitalaria. Al menos en lo que compete a la Comunidad de Madrid, que es mi campo de actuación, también tenemos un sistema de información en salud pública que se llama Sispal y al que deberían tener acceso todos los hospitales.

Los servicios de Preventiva, por ejemplo, los tienen, que es donde habitualmente se realizan las vacunaciones y donde se introducen todas aquellas vacunas porque, claro, hay  algunos pacientes que son enfermos crónicos que se vacunan en los hospitales pero no en Atención Primaria. Como siempre, los registros son mejorables, y el responsable de registrar es el profesional que administra la vacuna.

Los contertulios han discutido acerca del regitro sistemático de todo vacunado del VPH, algp que, al parecer, escapa a veces los controles oficiales. 


Jesús de la Fuente: Fuera de calendario, hasta los 26 años la vacunación es de un 4,4 por ciento, lejos del 80 por ciento y del 90 por ciento que estamos comentando. Hasta los 45 años no llega al 1 por ciento, sino que es del 0,9 por ciento. Madrid está en un 1,4 por ciento, es decir, eso hay que mejorarlo porque, además de vacunar hasta los 26 años de forma sistemática, en muchos países ya se está haciendo esa recomendación de no limitar la vacuna solo a las edades más infantiles, sino ampliarla a los 26 años.

Otra cosa es cómo se financia todo eso. Hay países que financian solamente una dosis y otros financian todas. Pero vamos a tener que ampliar la recomendación de vacunación sistemática hasta los 26 años, y eso en un futuro también lo vamos a ver.

Javier Barbado: Antes se ha mencionado una nueva vacuna. ¿Cuándo estará disponible?

Susana Granado: Esa respuesta ahora mismo no la tenemos, porque ni siquiera está comercializada, por ahora, en España, aunque se ha aprobado en la Unión Europea (UE). Pero no lo podemos plantear aún; ahora estamos viendo todos los estudios realizados sobre esta vacuna y es algo que tendremos que valorar.

En este sentido, creo que dispondremos de ella a corto o medio plazo; sabemos que cubre hasta nueve genotipos del virus y ése es también un gran avance, ya que vamos a poder cubrir el 90% de los genotipos productores del cáncer de cérvix (ahora cubrimos un 70%, que está muy bien, pero claro, falta evolucionar en las indicaciones,).

Así, en 2015 se introdujo en el calendario de vacunación a las mujeres conizadas; pues bien, en el futuro, es probable que sean las mujeres infectadas con VIH; en Madrid, el calendario de vacunación del adulto lo revisamos todos los años, y todos los años introducimos alguna modificación al alza, a la mejora en función de las evidencias científicas disponibles.

Javier Barbado: ¿Cuánto cuesta la vacuna actual? Mucha gente cree que es demasiado cara.

Susana Granado: Fue una vacuna que inicialmente se consideraba de precio elevado, pero no es así actualmente. El precio medio se encuentra alrededor de los 30 euros por dosis más IVA aproximadamente y con algunos matices.

Ahora mismo disponemos de dos vacunas comercializadas. Una es tetravalente y la otra es bivalente. Son las dos vacunas que están comercializadas en España y el precio oscila alrededor de los 30 euros por dosis masiva. No tenemos ninguna duda que la vacuna es coste eficiente. O sea, la carga de enfermedad que estamos previniendo es muy importante y muy superior al coste que pueda producir la vacuna.

Jesús de la Fuente: Tampoco podemos olvidar su coste-efectividad social. Cada vez que una paciente viene a mi consulta por este asunto, eso le supone un desplazamiento, puede perder un puesto laboral o tener problemas con su jefe, padecer la ansiedad de qué pasará, si seguiré teniendo esto o incluso cómo se lo explico ahora a mi pareja. Todo eso la vacuna también lo protege; es decir que hay esas dos perspectivas: una más tangible, visible y medible, que es la económica, y luego otra que no es tan evidente pero que, al fin al cabo, resulta también muy importante.

Susana Granado: Cuando hacemos cribados u otras técnicas, en realidad estamos haciendo un diagnóstico precoz, pero aquí hablamos de una prevención secundaria. En realidad, el gran valor de la vacuna reside en la prevención primaria frente al cáncer.

Javier Barbado: Por otra parte, ¿deberían los medios de comunicación ajustar sus informaciones científicas a comités de ética? Lo digo a tenor de algunas informaciones sobre reacciones adversas como el caso de las niñas de la Comunidad Valenciana de hace unos años.

Susana Granado: En este sentido, los colegios profesionales, en general, cada vez están siendo más activos, más proactivos en el tema de la vacunación. No hay que olvidarse de que cuando ocurre un caso tan lamentable como el de un niño que fallece con una difteria en Olot, una enfermedad que es perfectamente prevenible y que no veíamos en Europa desde hace muchísimos años, salta una alarma social acerca de qué responsabilidad tenemos los profesionales sanitarios si en un momento determinado no recomendamos la vacunación; es una responsabilidad muy grande por el riesgo que estamos asumiendo de que aparezcan determinadas enfermedades.

Porque, ¿quién se  lo explica después a los padres? En este sentido, los colegios profesionales están siendo ahora mismo muy activos a la hora de sancionar a los profesionales sanitarios que realizan una 'no recomendación' de la vacunación cuando está perfectamente demostrado el valor de las vacunas.

Jackie Calleja: No es lo mismo opinar de gustos culinarios o deportivos, en fin, de asuntos con implicaciones de poca trascendencia, que hablar de estos otros asuntos en los medios de comunicación, sean de ámbito general o local. Hay profesionales, por otra parte, que no están de acuerdo con la vacunación (eso sale en los medios) y no creo que deba permitirse. No es una cuestión personal o de creencias, sino de evidencia científica, de repercusiones en la salud de la población.

Susana Granado: Desde luego, un profesional sanitario debe tenerlo muy claro; recientemente han salido algunos casos de sanciones a médicos, a profesionales concretos, por no recomendarla. En ese sentido, los colegios profesionales y las administraciones públicas están siendo muy proactivas a la hora de cortarlo. Porque una cosa es que, en un momento determinado, no se haga una recomendación que se debería hacer, y otra cosa distinta es hacer una ‘no recomendación’, algo muy diferente.

Cada invitado sintetiza lo esencial del debate desde su punto de vista.

Respecto a la recomendación, yo creo que los calendarios oficiales son perfectamente conocidos por los profesionales, y, desde las administraciones, se hace una gran labor a la hora de sensibilizar, informar y formar para que se puedan recomendar de forma adecuada las vacunas cuando corresponden, siempre con un área de mejora.

Jesús de la Fuente: Respecto a los medios de comunicación creo que, en ese sentido, se nos ha discriminado dando más cancha o favoritismo a todas aquellas situaciones o casos de eventos adversos, por ejemplo, y a los movimientos antivacunas más que a nosotros. Es decir, siempre que hay un evento adverso de alguna vacuna, aparece en muchos medios de comunicación, se le da mucho eco, pero a mí nadie me entrevista acerca de las mujeres que veo en consulta y que padecen un problema serio, no veo programas de televisión donde se trate este tema de verdad.

Ronda de conclusiones:

Jackie Calleja: El mensaje que debe recibir la población, lo que debe llegar a los ciudadanos e incluso a los profesionales, no es otra cosa que el hecho de que la vacuna sea el método más eficaz y seguro que existe, hoy día, para prevenir la enfermedad y, en este caso además, de cáncer. Por lo tanto debemos transmitir la idea de vacunarse ‘sí o sí’.

Susana Granado: La vacuna es una vía de prevención primaria y es eficaz y segura, en este caso, para la prevención del cáncer de cérvix. Por lo tanto, se deben vacunar todas aquellas personas que indiquen los calendarios oficiales de vacunación.

Jesús de la Fuente: Por mi parte quiero recordar el carácter multidisciplinar a la hora de abordar, desde un punto de vista global, la infección por el VPH. No solo es algo que atañe a los médicos especializados como los ginecólogos; en realidad, forma parte del campo competencial de muchas entidades y, con ese fin, en Madrid hemos creado la sociedad HPV, que se propone trabajar con ese objetivo.

Primera parte del debate 'Cambio de paradigma frente al VPH'.

Segunda parte del debate 'Cambio de paradigma frente al VPH'.



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