La tecnología ARNm, una oportunidad poscovid en la viruela del mono

La semana pasada Moderna anunció su intención de estudiar si es posible el desarrollo de una vacuna contra la viruela del mono. Según han confirmado fuentes de la compañía a Redacción Médica, esta inoculación se desarrollaría, de ser así, bajo la tecnología ARN mensajero, presente ahora mismo en las inyecciones contra el Covid-19 y responsables de que vayan a aparecer en otoño vacunas adaptadas a Ómicron. 

Aunque los expertos dudan sobre si será necesario ampliar o no el stock de esta vacuna, pues aunque la incidencia de la viruela del mono en Europa cada vez es mayor (ya alcanza los 18.000 casos) hay en países, como Reino Unido, en el que "la curva" ha alcanzado un estado de meseta, el desarrollo de nuevas inoculaciones está presente en la conversación.

Vacunas ARN mensajero más allá del covid

Aun así, las autoridades sanitarias están volcadas en el momento en la consecución de vacunas para prevenir esta enfermedad y también su desarrollo. Entra en juego entonces las vacunas de ARN mensajero, también denominadas ARNm.

"Es una tecnología que desde que se inició la pandemia del Covid-19 ha quedado claro que es muy importante", asegura Fernando Moraga-Llop, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). El experto recuerda que esta tecnología no solo es aplicable a las inoculaciones de prevención del covid, sino a muchas otras vacunas. "Por ejemplo contra la gripe y otros virus puede ser una gran herramienta; con la viruela del mono también", dice Moraga-Llop, que insta a seguir estudiando su aplicación en las futuras inoculaciones contra la viruela del mono.

"La tecnología ARNm se puede aplicar a la gripe u otros virus, como la viruela del mono"

La viruela del mono supone la primera gran crisis sanitaria desde la irrupción del Covid-19, y es una de las primeras oportunidades para aplicar lo aprendido y extraído de la pandemia contra el virus respiratorio. 

Cómo funciona la tecnología ARNm

Lo que hace la tecnología ARNm es conseguir enseñar a las células a fabricar una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo. Una respuesta rápida que, aunque por ahora ha destacado en las vacunas contra el coronavirus, tiene un gran futuro por delante. Su estudio se remonta a décadas, aunque hasta ahora no se había aplicado con tal amplitud como la de las vacunas contra el covid. 

Algunas de las ventajas de estas vacunas es que suponen menos costes y además, aceleran los tiempos de producción. Una vez se conoce el genoma del patógeno, en poco tiempo es posible tener disponibles propotipos vacunales; vacunas rápidas para momentos de emergencia, como el actual con la viruela del mono.