Las
diferencias salariales entre hombres y mujeres son ya un problema arraigado en muchos sectores de España como es el sanitario. En este ámbito la
brecha salarial no ha dejado de crecer en la última década.
En estos momentos, un hombre que se dedique al sector sanitario cobrará, de media,
casi 10.000 euros más anuales que una mujer. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el promedio nominal de un profesional sanitario en 2019 era de 34.771 euros mientras que el de una profesional se situaba en
25.432 euros, es decir, un 36,72 por ciento más atendiendo a razones de sexo.
Diez años antes, al desigualdad salarial era también pronunciada dentro del sector sanitario aunque menor. Frente al salario medio de los trabajadores, que rondaba los 31.757 euros anuales, el personal femenino recibía, de media, casi
8.000 euros en menos. En concreto, las profesionales sanitarias percibían en 2009 un sueldo promedio de 23.850 euros, un
33,15 por ciento menos que sus compañeros de profesión.
Hasta 2.000 euros en 10 años
Por tanto, a medida que han aumentado los salarios también lo ha hecho la
brecha salarial en este sector. En concreto, en la última década la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres se ha incrementado en
2.000 euros aproximadamente. De hecho, el aumento del sueldo percibido por el personal del sector sanitario fue del 7,55 por ciento, por debajo del incremento retributivo entre ambos géneros.
En
2018, el sector ya afrontaba una diferencia de 9.574 en los sueldos medios de sus trabajadores, dependiendo de su sexo. Mientras los hombres cobraban a final de año, de media 34.173 euros, las mujeres apenas llegaban a los 24.600 euros de nómina.
Las mujeres
representan más del 70 por ciento de los empleos de la sanidad española, sin embargo, cobran un 28 por ciento menos que sus compañeros según reflejo un informe similar de UGT. Las soluciones todavía no son robustas, ni siquiera con la aprobación del Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, que tiene por objeto establecer medidas específicas para hacer efectivo el derecho a la igualdad de trato y no discriminación entre mujeres y hombres en materia retributiva. Los profesionales aseguraron desamparados ante su redactado, que solo hace mención al personal laboral, y exigen medidas de igual calado para la sanidad pública, altamente feminizada.
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