La
estrategia de I+D+i de España no convence a Europa. Es una delas conclusiones de las últimas
recomendaciones que la Comisión Europea ha hecho al país, cuya inversión en investigación ha caído a
niveles inferiores a los de 2007 y su diferencia con la media de la UE ha ido aumentando en los últimos años.
"Debido a la falta de incentivos y a la rigidez de la normativa, la
colaboración público-privada ha permanecido débil y la movilidad de los investigadores del sector público y privado es baja", destaca el informe, que también recuerda la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno, lo que conlleva que las políticas nacionales y regionales no funcionan en total sinergia.
La mencionada caída de fondos coincide con
la menor inversión privada, y deja ver deficiencias normativas en la partida de investigación e innovación. Además, resalta que la
Agencia Española para la Investigación ha entrado en funcionamiento a principios de este año, y que hasta ahora
no existe una planificación plurianual sistemática con los presupuestos para los programas de apoyo.
La tasa de temporalidad de España es una de las mayores de la UE
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Para solventar la situación, la Comisión Europea recuerda que España
reforzaría la productividad y la competitividad si promocionara mejor la investigación y la innovación.
Alerta por la temporalidad
Otro de los asuntos que critica la institución europea es
la alta temporalidad del empleo, donde la sanidad tiene un papel protagonista, una de las mayores en la UE, y la
"muy corta duración" de muchos contratos temporales. "Las tasas de transición de contratos temporales a permanentes son muy bajas en comparación con la media de la UE. El uso generalizado de contratos temporales se asocia con un menor crecimiento de la productividad, condiciones de trabajo más pobres y riesgos más altos de pobreza", recoge.
La Comisión Europea recuerda que pese a un ligero efecto positivo en la reducción de la segmentación entre fijo y temporal, todavía hay características del mercado español que
desalientan la contratación fija, como la incertidumbre ante un posible despido que hace que la indemnización para los trabajadores fijos sea superior.
"Además, el sistema de incentivos para la contratación sigue siendo disperso y no se dirige efectivamente a la promoción del empleo indefinido. Aunque recientemente se ha creado un grupo de trabajo sobre la calidad del empleo, España todavía
no ha desarrollado un plan global para luchar contra la segmentación del mercado de trabajo tras el acuerdo de 2014 entre Gobierno e interlocutores sociales", concluye.
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