Capítulo cerrado. Las nuevas páginas ya están en marcha. Sus primeros párrafos, escritos. El cierre de la que probablemente haya sido una de sus peores etapas en sus 50 años de historia ya es un punto de inflexión en la trama. La
crónica de una supervivencia tras siete meses marcados por la incertidumbre.
Muface, ese modelo que dota de asistencia sanitaria a los funcionarios (y a sus beneficiarios), ya está sumergida en una nueva era. La
crisis sin precedentes -o al menos su peor parte- ha quedado atrás para dar comienzo a una etapa de reconstrucción. Un nuevo capítulo en el que la
digitalización se ha convertido en uno de los pilares del modelo que da cobertura a más de un millón y medio de personas. Aún así, los ‘peros’ y los plazos marcan esta etapa, y es que uno de sus proyectos estrella, la
receta electrónica concertada de Muface, comienza a revelar sus entresijos. Entre ellos, los
tiempos de dispensación para los pacientes con tratamiento crónicos, que
podrían ‘perder’ la prescripción en un caso concreto.
La digitalización es uno de los nuevos pilares de
Muface. Así al menos ha salido a relucir en los últimos
Consejos Generales de la mutualidad. Y es que el modelo dirigido por Myriam Pallarés encara una nueva época tras la
crisis que más de 200 días hizo temblar los cimientos del mutualismo administrativo. Sin ir más lejos, los
‘hermanos’ de Muface,
Mugeju (que dota de asistencia sanitaria a jueces, fiscales y al resto del personal de la Administración de Justicia) e
Isfas (que hace lo propio con la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas) se convirtieron en los daños colaterales.
Más allá de todo eso, y una vez resuelto este trance histórico, lo cierto es que
Muface ha reactivado uno de sus grandes proyectos: la
receta electrónica concertada. Una herramienta bautizada como Sirem que permite retirar medicamentos sin necesidad de presentar un talonario en papel y que ya está presente en 15 territorios del país. Un hito en digitalización para el que Muface, como ha podido conocer
Redacción Médica, ha desplegado
nuevas reglas para los pacientes crónicos.
La receta concertada de Muface para pacientes crónicos
La
receta electrónica concertada de Muface está cerca de convertirse en una realidad en todo el país. Es por ello que la mutualidad de Pallarés ha dado comienzo a una campaña informativa sobre el uso de Sirem. Ejemplo de ello son las
reglas enviadas a los médicos que dotan de asistencia a la sanidad concertada, y las explicaciones sobre el uso de esta herramienta
en las zonas rurales.
Una novedad en este ámbito hace referencia a los
pacientes que precisen tratamientos crónicos. Muface se muestra tajante a la hora de explicar qué pasa si un paciente no recoge este tipo de medicamentos en un plazo de diez días; y si por tanto podrá recogerse al mes siguiente.
“No,
la prescripción finalizará si no recoge el medicamento en los primero diez días”, recalca Muface. La mutualidad, de hecho, ahonda aún más en el tema, e incide en que el plazo de recogida de esta primera dispensación será de 10 días “desde la
fecha de inicio de tratamiento (o fecha de autorización del visado para los productos con visado)”. De esta forma, “si se supera este plazo, la prescripción caduca y se finaliza”.
¿Qué pasará con la segunda y sucesivas dispensaciones? Para esta cuestión, Muface también tiene respuesta. En ese supuesto, estas “estarán disponibles desde 10 días antes de la fecha de recogida”.
En este punto cabe señalar que los mayores de 65 años (tanto mutualistas como beneficiarios) de Muface suman un total de 443.584 personas. Una franja de edad que suele ser más susceptible a estos tratamiento crónicos y que suponen un 28,21 por ciento del total de adscritos. Esto supone que
cerca del 30 por ciento son potenciales pacientes crónicos, según los últimos datos de la Memoria Anual de Muface
La receta concertada de Muface
Sirem abre, o más bien reabre, una era. La receta concertada de Muface sufrió un parón ocasionado por la crisis sin precedentes de la mutualidad. El propio modelo
lo aclaró en declaraciones recogidas por este periódico. Pero el
‘sí, quiero’ entre Adeslas y Asisa y la dirección general de Muface para escenificar la
firma del concierto de asistencia sanitaria para los años 2025, 2026 y 2027
reactivó esta herramienta.
Hasta septiembre del año pasado, unos meses antes de que diese comienzo este trance, fueron varias las comunidades que se unieron al mapa de Sirem. La primera y pionera,
Cantabria, que lo hizo en 2020. Tras ella llegaron
Asturias y Canarias (2022);
Extremadura y La Rioja (2023); y
Navarra, Murcia, Islas Baleares, y las dos ciudades autónomas,
Ceuta y Melilla (2024).
Fue entonces cuando llegó la crisis sin precedentes, que se extendió durante siete meses. Tras ello, la tempestad dio pie a la calma, y con ella
los planes de Muface volvieron a estar sobre la mesa. Entre ellos la reactivación de la receta electrónica concertada, que recaló en
Castilla-La Mancha y Galicia el pasado julio; en
Aragón en septiembre; y en
Madrid y País Vasco en noviembre.
La receta electrónica concertada de Muface tiene aún a
cuatro comunidades en su ‘lista de espera’. Cataluña, Castilla y León, Andalucía y la Comunidad Valenciana son los próximos destinos de Sirem. Y es que, como ha deslizado la propia mutualidad, el primer trimestre de 2026 será decisivo para la implantación de esta herramienta en todo el país.
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