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La RANM acoge pero "rechaza" un acto de ondas electromagnéticas y salud

A última hora, la academia ha censurado que se firme un manifiesto, pero mantiene un acto que defiende su vinculación

Fachada de la Real Academia Nacional de Medicina.

28 sep 2017. 11.30H
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POR CARLOS COROMINAS
Hasta este miércoles a las ocho de la tarde, la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) tenía previsto acoger en la mañana de este jueves la firma de la Declaración Científica Internacional de Madrid, un documento que denuncia los efectos de los campos electromagnéticos artificiales sobre la salud, una teoría sobre la que no existe evidencia. A última hora, la Junta Directiva del organismo, que tenía prevista una reunión ordinaria, rechazaba que la firma se hiciera en su sede. Sí mantiene el acto de debate que reunirá a catedráticos y activistas internacionales bajo el paraguas de la Fundación Europea de Bioelectromagnetismo.

"Es una discusión científica y hay confirmados ponentes internacionales a los que no podemos rechazar ahora", explica a Redacción Médica Luis Pablo Rodríguez, secretario general de la RANM, que aclara: "Bajo ningún concepto la institución tolera que se haga una declaración en la que no estén todos los académicos de acuerdo y que vaya con las premisas decididas antes del debate".

Más tajante se muestra Francisco Fernández, gerente de la RANM, que mantuvo el contacto con este periódico durante todo el día: "La junta rechaza las conclusiones y no permite que se firme la declaración después de las críticas de varios académicos como el de Radiología o el de Medicina Nuclear". Fernández asume sin concesiones la responsabilidad de la RANM: "Ha sido un asunto que no se ha valorado bien y un error por parte de la academia que no debería haber permitido este acto". Según explica, este tipo de actos pueden ser propuestos por un académico o por la junta directiva. A este evento se le había dado validez porque contaba con la presencia de un académico, hecho que avala que una actividad cuenta con garantías. 

"No se ha demostrado"

El presidente de la fundación que organiza el evento, el catedrático de Anatomía Patológica de la Universidad de Alcalá, José Luis Bardasano, defiende que las ondas electromagnéticas afectan a la salud y pueden producir  cáncer y la conocida como hipersensibilidad electromagnética, una patología no reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Lo compara con lo que ocurrió con el tabaco: "Al principio nadie lo creía, pero después de 50 años se ha reconocido que produce cáncer".

El gerente de la RANM: "Ha sido un asunto que no se ha valorado bien y un error por parte de la academia que no debería haber permitido este acto"

Según defiende, "en este caso es peor porque no lo vemos y es muy pernicioso". Su tesis es que las ondas electromagnéticas hacen que el ser humano "esté fuera del estado de equilibrio" ya que "somos unas pilas electroquímicas y somos baterías eléctricas y la electricidad en movimiento condiciona el magnetismo".

Una idea que rechaza César Cobaleda, investigador del CSIC que ha participado en un estudio europeo para medir el efecto de las ondas electromagnéticas en tumores: "No se ha demostrado que los campos electromagnéticos en las condiciones e intensidades que se utilizan hoy en día tengan efectos sobre la salud".

A su juicio, antes de proponer este tipo de actos habría que investigar más: "Nadie ha podido encontrar un mecanismo biológico que pruebe que los cambios electromagnéticos tengan un efecto en la salud humana". Para explicarlo contrapone un ejemplo en el que sí se ha demostrado un mecanismo de este tipo: "Sabemos que los rayos ultravioleta rompen la molécula de ADN". Considera que estamos sometidos a muchos más riesgos que las ondas electromagnéticas y que "taxativamente" no se pueden imponer medidas.

Uno de los argumentos a los que se agarran quienes defienden el vínculo entre ondas electromagnéticas y patologías es que la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la OMS (IARC) publicó un informe en 2011 un informe en que calificaba estas ondas como "posiblemente cancerígenas". Cobaleda explica que la investigación en la que participó demostró que no se podían modificar "a la alta ni a la baja" tumores con ondas electromagnéticas. "La IARC se cura en salud y los califica como posibles porque en ciencia lo difícil es demostrar la ausencia de cualquier efecto".

Síntomas

A juicio de la presidenta de la Asociación Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud, Minerva Palomar, los científicos que participan en este evento "pueden demostrar que no tienen conflicto de intereses y están afirmando que hay riesgos para la salud". Para ella, la falta de evidencia se justifica en que "no ha habido el tiempo suficiente para cuantificarlo, pero esos riesgos están y hay que tomar medidas".

Según relata a este medio, las personas con electrosensibilidad "son personas en las que, con la exposición directa y crónica a campos electromagnéticos de una determinada intensidad, emergen una serie de síntomas y con la ausencia de ondas sufrirían otro tipo de patologías propias". Los síntomas que narra son confusión mental, mareos, dolor de cabeza, debilidad general, sensación de calambres e insomnio.

Francisco Vargas, médico epidemiológico y director científico del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencia y Salud, dice que no discute que eso sea cierto: "Si me dice que tiene dolores de cabeza la puedo creer, pero no estoy seguro en creerla en la asociación causal que ellos hacen". Para él se trata de un trastorno psicosomático o de sugestión al atribuir propiedades dañinas a un objeto que no las tiene. Lo sitúa dentro del efecto nocebo, lo opuesto al placebo: "Si yo veo una antena y me autosugestiono y creo que me va a hacer daño al final me termina haciendo daño y me genera una sintomatología que es cierta".

Para defender su postura cita el Informe sobre Radiofrecuencias y Salud de 2016, elaborado por el organismo al que pertenece, que concluye que "las personas que declaran padecer hipersensibilidad electromagnética no distinguen, en condiciones experimentales, si están expuestas o no a ondas electromagnéticas".

Una de las peticiones del impulsor del acto en la RANM, José Luis Bardasano, es que se tomen medidas para reducir o limitar la emisión de ondas electromagnéticas o "que se avise como se hace con el tabaco" y cita que afectan especialmente a niños, embarazadas y pacientes crónicos. Para Vargas esto no se sostiene: "No hay ningún tipo de objetivación para defender esto".

El Instituto Noruego de Salud Pública ha investigado entre 1998 y 2008 la posible relación entre el uso del móvil por la madre durante el embarazo y el desarrollo de capacidades lingüísticas, de comunicación y motoras. El estudio, que se ha publicado recientemente, presenta los datos de 45.389 pares madre-hijo y concluye que "no se han encontrado asociación entre el uso materno del teléfono móvil y una reducción de las capacidades".




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