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La otra violencia contra enfermeras es incontable y está institucionalizada

Cuatro expertos indican cómo es la situación de las profesionales que deciden no denunciar la violencia en su trabajo

Diego Ayuso, Mar Rocha, Guillermo Vera e Irene Álvarez.

14 jul 2023. 00.20H
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Las últimas noticias sobre agresiones a enfermeras ocupan una parte importante dentro de la actualidad sanitaria. Aún así, más de la mitad de estos casos no son denunciados y los 2.580 registrados en 2022 por el Colegio Oficial de Enfermería (CGE) solo suponen la punta de un iceberg del que, más allá de los datos, hay un escenario más complejo y en el que se dan situaciones que no acaban en denuncia. Insultos y golpes que no se notifican se producen más de lo deseado sin que las cifras lo reflejen y que, incluso, llegan a normalizarse dentro de un ambiente laboral “tóxico” generado por una alta presión asistencial y la falta de recursos. En esta tesitura, sus protagonistas sufren de consecuencias físicas y psicológicas que derivan en casos de bajas laborales, estrés postraumático y necesidad de ayuda psicológica.

Para conocer de primera mano la magnitud de este problema, Redacción Médica se ha puesto en contacto con el secretario general del CGE, Diego Ayuso, quien asegura que las enfermeras son las profesionales “que más agresiones reciben y las que menos denuncian”. “Hemos mejorado los datos del registro, pero no las denuncias. Esto significa que es muy posible que más de la mitad sigan estando difuminadas”, ha lamentado.

Dentro de las agresiones que no son registradas se encuentran dos tipos: las verbales y las físicas. Tal y como ha explicado Ayuso, estas primeras son las más habituales. "Los insultos como eres una hija de puta o una cabronaza los dejamos estar porque damos por hecho que forman parte de nuestra actividad, y tenemos miedo a posibles represalias. Eso es un error. Por ello, pedimos que, por favor, todos estos casos sean denunciados para que no se queden impunes”, ha detallado.

Un impacto "muy negativo" a nivel físico y psicológico


En cuanto a las agresiones físicas que no son denunciadas tienen un patrón característico: proceden de pacientes con trastornos mentales o algún tipo de enfermedad neurodegenerativa. Por esta razón, Ayuso ha incidido en que hay casos donde “se puede entender” que una persona que sufre de esquizofrenia y que agrede cuando se encuentra en un brote psicótico, "no se puede denunciar", aunque el golpe “te lo lleves de todas formas”.

Estas situaciones no solo provocan un malestar evidente durante las jornadas laborales, sino que el impacto negativo que supone a nivel físico y psicológico en sus vidas “es tremendo”. “Muchas de ellas cuando reciben un golpe acaban pidiendo la baja laboral. Y no solo eso, en ocasiones también buscan ayuda psicológica e incluso tienen un estrés postraumático que les obliga a pedir un cambio de servicio para no volver a trabajar en esa área”.

En este sentido, la portavoz y tesorera del Colegio Oficial de Enfermería de la Comunidad de Madrid (CODEM), Mar Rocha, se ha incidido en que este tipo de agresiones físicas "también habría que denunciarlas". Si bien, ha especificado que, en estos casos, las medidas “tendrían que ser diferentes”.

"No son pacientes de la calle, son sujetos diagnosticados"


“No son pacientes que vienen de la calle, son sujetos que ya están diagnosticados. Eso no significa ir directamente a la Policía y poner una denuncia, que en algunos casos por supuesto que hay que hacerlo, sino que en el hospital quede reflejados este tipo de acciones para que se tomen las medidas pertinentes. 
 
Aún así, Rocha ha reconocido que la violencia “más grave” es la que proviene de pacientes sanos y coincide con Ayuso en que tiene unos efectos negativos directos “muy grandes” que no hay que tolerar. “Es fundamental poner coto a las agresiones verbales porque si se normalizan y se toleran, pueden provocar que suban de intensidad hasta convertirse en físicas. A la sociedad hay que hacerles ver que no somos su saco de boxeo", ha recalcado.

¿Por qué se toleran y normalizan estas faltas?


El punto de vista de Rocha también lo ha compartido el presidente de la Asociación EIR, Guillermo Vera, quien tras hacer un análisis de la violencia que no se denuncia y hablando con las compañeras de su asociación, ha resaltado que les da “la sensación” de que pagan con ellas “todos los problemas” que presenta el Sistema Nacional de Salud (SNS) porque son “mucho más accesibles”.

“Esto lo vemos en los centros de salud o en los hospitales. La gente se desinhibe más con nosotras. Quizás sea por la confianza que les damos o por la empatía que mostramos, pero hay pacientes que esperan más de 15 minutos ya te llaman sinvergüenza o te lanzan otro tipo de insultos”, ha reconocido.

La importancia de crear un observatorio general de agresiones


Vera también ha puesto sobre la mesa la necesidad de crear un observatorio general de agresiones a nivel nacional para que se puedan contabilizar este tipo de violencias y ponerles freno. “Actualmente solo se registran las que dejan secuelas físicas y que han supuesto un ‘shock’ para la profesional, pero las que ocurren en el día a día en absoluto se denuncian”, ha apuntado.

Una medida que desde Comisiones Obreras (CCOO) llevan exigiendo al Ministerio de Sanidad desde 2012, según ha asegurado la responsable de Salud Laboral de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de este sindicato, Irene Álvarez. “Por ahora solo existen los de la OMC y los del CGE y solo están esos datos, pero no hay uno central que pueda analizar estas agresiones desde la misma óptica y sobre las mismas realidades para conseguir una política preventiva real que nos facilite saber a lo que están expuestas estas profesionales”, ha asegurado.

"La principal razón por la que las enfermeras no denuncian es por la falta de canales para hacerlo y por la ausencia de respaldo de las instituciones"


Para Álvarez, la principal razón por la que las enfermeras no denuncian es por la “falta de canales para hacerlo” y la “ausencia de respaldo de las instituciones”. “Creo que hay una clara falta de apoyo por parte los centros y de los hospitales a la hora de personarse sus responsables ante una agresión. Y eso es lo que tienen que hacer, para que no recaiga esa labor sobre las trabajadoras que las sufren porque no tienen las suficientes herramientas para resolverlo”, ha subrayado.
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Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.