Intensificar esfuerzos y vigilar las enfermedades pandémicas. Ese es el mensaje que ha lanzado la ONU desde su oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres. El director del organismo, Robert Glasser, ha sido el altavoz de este mensaje durante el Foro Urbano Mundial, la mayor conferencia sobre asuntos urbanos, en la que ha criticado que el uso de tecnologías de vacunas y vigilancia de enfermedades es muy bajo en la mayor parte del mundo porque los peligros de las pandemias están "fuera de la vista, fuera de la mente". Glasser ha asegurado que se deben intensificar los esfuerzos para prevenir "grandes brotes de enfermedades infecciosas como cepas de gripe que pueden transmitirse de animales a humanos".
"Hemos tenido la aparición de nuevos virus y los virus están mutando todo el tiempo, como la gripe aviar, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS)... La gente generalmente no los conoce porque son peligrosos y no atacan con mucha frecuencia", ha aseverado Glasser, refiriéndose al SRAS. El experto añade que cuando estas enfermedades atacan "pueden ser enormemente devastadoras".
Bajo la premisa de que "queda mucho trabajo por hacer", Glasser ha recordado como diferentes cepas de gripe aviar se extendieron por Europa, África y Asia provocando la matanza a gran escala de aves de corral y algunas muertes de personas en China. Según los expertos, el número de cepas víricas que circulan y causan infecciones ha alcanzado niveles sin precedentes en estos.
Temor a la gripe aviar
Glasser ha confesado que su mayor temor es que una cepa mortal de la gripe aviar pueda luego mutar a una forma pandémica que pueda transmitirse fácilmente entre personas, algo que aún no se ha visto. "Esto podría provocar millones de muertes en todo el mundo", ha señalado Glasser, que abandonará su puesto como director de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres a finales de febrero.
El Banco Mundial lanzó en 2017 un "bono pandémico" para respaldar un servicio de financiación de emergencia para ofrecer dinero rápidamente para luchar contra una importante crisis de salud, como el brote de ébola de 2014. Dicho bono, que se pagará dependiendo del tamaño del brote, su tasa de crecimiento y la cantidad de países afectados, es el primero de este tipo para epidemias.
Glasser ha asegurado que los esfuerzos generales de reducción del riesgo y desastres a menudo son de arriba hacia abajo y se centran en cuestiones globales. Sin embargo, la cabeza visible del organismo también ha recordado que "aún se están haciendo grandes progresos sobre el terreno, como la reducción del número de víctimas mortales debido a los grandes desastres".
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