La
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un estudio contra la
industria tabacalera que revela estas empresas utilizan estrategias engañosas y perjudiciales para
evadir regulaciones y perpetuar el consumo de tabaco, especialmente entre los jóvenes. Se trata de un documento que muestra sintonía con los planes del
Ministerio de Sanidad de España, que recientemente señalaba cómo estas entidades llevan a cabo
campañas de marketing, publicidad y presión institucional para evitar que las leyes aborden de manera integral la
prevención y control del tabaquismo.
El informe, titulado ‘Enganchando a la próxima generación: Cómo la
industria tabacalera capta a clientes jóvenes’, revela las tácticas de estas compañías, que en ocasiones financian “directa e indirectamente”
estudios científicos que minimicen los daños del tabaco. “Durante décadas, la industria tabacalera mintió y falsificó a sabiendas la base de evidencia sobre los
daños del tabaco, los daños del humo de segunda mano y los ‘beneficios’ de diversas innovaciones de productos, como los
cigarrillos con bajo contenido de alquitrán y con filtro”, señala la OMS.
Un ejemplo de esto, son los cursos “para dejar de fumar” financiados por
Philip Morris International (PMI) este mismo año, que presentaban productos de nicotina como “relativamente inofensivos”.
“Hacen todo esto para sembrar
dudas entre los formuladores de políticas y el público sobre el daño que sus productos pueden causar, para que estén menos regulados, que sean más asequibles y que estén más disponibles, incluso para los jóvenes. Las empresas tabacaleras también producen o patrocinan la producción de
datos engañosos sobre su propia importancia económica, la diferencia entre sus contribuciones a los ingresos fiscales y los daños que sus productos causan a la salud y la sociedad, además del vínculo entre los impuestos al tabaco y el comercio ilícito”, añade la OMS en su estudio.
Estrategias comerciales de la industria tabacalera
Junto a esto, el informe subraya que las empresas tabacaleras “no escatiman gastos” para
influir en los procesos legislativos y regulatorios contra el tabaco a nivel nacional e internacional. Según recoge el estudio, estas estrategias incluyen:
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Comprar una mejor reputación.
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Ejercer presión para garantizar acceso a la toma de decisiones.
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Activar a terceros con mejor reputación para que ejerzan presión en su nombre.
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Exagerar su importancia económica.
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Utilizar la intimidación y la amenaza de litigio.
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Redactar legislación favorable.
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Asistir a reuniones y comités regulatorios.
En
España, como en otros países certificados como "libres de humo", PMI ha intentado redefinir este concepto para promover el uso del producto de tabaco calentado IQOS. Esta es una táctica que busca
eludir las regulaciones antitabaco para promover un producto igualmente nocivo bajo una apariencia menos perjudicial. Además,
a nivel intergubernamental, la OMS destaca que las industrias tabacaleras buscan formar
alianzas con agencias de las Naciones Unidas para interferir con la implementación del
Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT).
El marketing del tabaco, a por los jóvenes
Por otra parte, el estudio destaca que una de las principales vías por las que la industria del tabaco llega al público más joven es mediante el
marketing tradicional, en aquellos países en los que se permite. En los que no, lo hacen a través del “
marketing digital transfronterizo” y en las representaciones en medios de entretenimiento, y lo hacen “incluso”, en países “con restricciones a la comercialización” de estos productos.
Por otra parte, también llega a los jóvenes a través de las
artes, los deportes y los proyectos de “responsabilidad social corporativa”, según indica la OMS. El poder de esta industria y su
influencia generalizada, hace a su vez que, en ocasiones,
interfieran en políticas de salud, lo que se presenta como una de las principales razones por las que los jóvenes siguen desprotegidos, según este estudio.
Por eso, este organismo presenta, entre las soluciones, la
implementación permanente del CMCT, así como las prohibiciones de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco (TAPS), que permiten abordar esta problemática y que buscan “a ayudar a los gobiernos a tomar medidas rápidas para
proteger a los niños y jóvenes” frente al tabaquismo. “Los reguladores deben responsabilizar a la industria, los comercializadores, las plataformas digitales y los propietarios de medios por las violaciones de los TAPS nacionales”, concluye el estudio.
Pasos de España para contra el tabaquismo
Uno de los proyectos más recientes del
Ministerio de Sanidad en la lucha contra esta problemática es el
Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, también
implacable contra la industria tabaquera. Tal y como explicaba ante la Comisión de Sanidad,
Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad, se trata de una medida que llevará a cabo acciones de manera independiente a los “intereses industriales”.
En su opinión, este plan debe ser encarado desde una
perspectiva de salud pública. Por ello, Gullón subraya la relevancia de los “
determinantes comerciales” del tabaquismo, que se ven en campañas de marketing, en
publicidad y en la presión institucional que ejerce esta industria para impedir una aproximación integral de las leyes hacia la prevención y control de estos productos.
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