Un tratamiento que combina dos anticuerpos (casirivimab e imdevimab) ha sido recomendado para dos grupos específicos de pacientes con
Covid-19 por un panel del Grupo de Desarrollo de Directrices (GDG) de la
OMS formado por expertos internacionales y pacientes, según publica 'The BMJ'.
El primero son los
pacientes con Covid-19 no grave que corren mayor riesgo de hospitalización y el segundo son los que tienen Covid-19 grave o crítico y son seronegativos, lo que significa que no han montado su propia respuesta de anticuerpos al Covid-19.
La primera recomendación se basa en las nuevas pruebas de tres ensayos que aún no han sido revisados por pares, pero que muestran que el
casirivimab y el imdevimab probablemente reducen el riesgo de hospitalización y la duración de los síntomas en las personas con mayor riesgo de enfermedad grave, como los pacientes no vacunados, de edad avanzada o inmunodeprimidos.
Esta segunda recomendación se basa en los datos del ensayo 'Recovery' que muestran que casirivimab e imdevimab probablemente reducen las muertes (que van desde 49 menos por cada 1.000 en los enfermos graves hasta 87 menos en los enfermos críticos) y la necesidad de ventilación mecánica en los pacientes seronegativos.
Para todos los demás pacientes con Covid-19, es poco probable que los beneficios de este tratamiento con anticuerpos sean significativos.
El casirivimab y el imdevimab son anticuerpos monoclonales que, cuando se utilizan conjuntamente, se unen a la proteína de la espiga del SRAS-CoV-2, neutralizando la capacidad del virus para infectar las células.
Las recomendaciones forman parte de una directriz viva, elaborada por la
Organización Mundial de la Salud con el apoyo metodológico de la Fundación del Ecosistema de Evidencia MAGIC, para proporcionar una orientación actualizada y fiable sobre el manejo del covid-19 y ayudar a los médicos a tomar mejores decisiones con sus pacientes.
Efecto en nuevas variantes
El grupo reconoció varias implicaciones de costes y recursos asociadas a este tratamiento, que pueden dificultar el acceso a los países de ingresos bajos y medios. Por ejemplo, se necesitarán pruebas serológicas rápidas para identificar a los pacientes elegibles que estén gravemente enfermos, el tratamiento debe administrarse por vía intravenosa utilizando equipos especializados y los pacientes deben ser vigilados para detectar reacciones alérgicas.
También reconocen la posibilidad de que surjan
nuevas variantes en las que los anticuerpos casirivimab e imdevimab tengan un efecto reducido. No obstante, afirman que, dados los beneficios demostrados para los pacientes, "las recomendaciones deberían servir de estímulo para poner en marcha todos los mecanismos posibles para mejorar el acceso global a la intervención y a las pruebas asociadas".
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