La
desigualdad en el acceso a la salud sigue siendo uno de los desafíos más críticos para el mundo. Para combatir esta realidad, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) propone un innovador
modelo de monitoreo en cinco pasos, con el objetivo de identificar las inequidades, destacar las poblaciones más vulnerables y dirigir recursos hacia quienes más lo necesitan. Con este enfoque, busca transformar datos en políticas efectivas que permitan cerrar las inequidades sanitarias que afectan a millones de personas en todo el planeta.
Este modelo, presentado por la
OMS, actúa como una hoja de ruta para que los Gobiernos y actores internacionales puedan entender y abordar las
desigualdades en el acceso a la salud que afectan a distintos grupos de población. Según detalla el informe, este sistema no solo busca mejorar los datos y su análisis, sino también proporcionar soluciones efectivas para garantizar una
equidad real en el acceso a servicios médicos.
Un ciclo continuo para identificar desigualdades sanitarias
El enfoque de la OMS se basa en un proceso de monitoreo que comienza con el
establecimiento del alcance del análisis. En este primer paso, es fundamental determinar cuáles son los temas prioritarios en salud, definir las
dimensiones de desigualdad a estudiar y seleccionar los indicadores más relevantes (como género, educación, lugar de residencia, nivel económico, entre otros). Esto permite establecer las líneas de actuación para los siguientes pasos.
El segundo paso implica la
recopilación de datos de diversas fuentes, como censos, encuestas y estadísticas oficiales. El objetivo es tener una visión amplia, clara y representativa de las situaciones de
inequidad en el acceso a la salud, identificando patrones específicos. A partir de estos datos, se procede a un
análisis detallado que busca revelar desigualdades invisibles en el acceso a la salud, especialmente aquellas no evidentes al observar los promedios nacionales.
Una vez analizados,
los resultados deben ser comunicados de manera clara a los responsables políticos, profesionales de la salud y otros actores implicados. De esta forma, las conclusiones pueden traducirse en
intervenciones específicas y equitativas. El último paso del ciclo es la implementación de
políticas basadas en estos resultados, buscando no solo solucionar los problemas actuales, sino también prevenir desigualdades futuras.
Este proceso es un ciclo continuo, ya que, como advierte la OMS, el monitoreo constante es clave para
evaluar el progreso de las intervenciones, ajustar las estrategias según las necesidades y continuar abordando las inequidades en materia de salud de manera sostenible.
Determinantes sociales en las inequidades en salud
La estrategia de monitoreo de la OMS también pone el foco en los
determinantes sociales de la salud, factores que influyen directamente en las oportunidades de bienestar y
acceso a servicios médicos de las personas. Entre estos se encuentran la educación, el género, la situación económica, el acceso a servicios esenciales, el lugar de residencia y otros elementos estructurales que crean
barreras para una atención equitativa.
El informe enfatiza que
abordar estos determinantes no es opcional, es una necesidad para crear sociedades más justas en términos de acceso a la salud. Esto significa que el monitoreo no solo debe centrarse en el análisis de indicadores de salud, sino también en la identificación de estos factores subyacentes que perpetúan la
exclusión social y las barreras de acceso a la atención sanitaria.
Para lograr una verdadera equidad en el
acceso a servicios médicos, la OMS aboga por “establecer colaboraciones multisectoriales” y abordar las raíces estructurales de las
desigualdades en materia de salud a nivel social.
España avanza en la vigilancia de determinantes sociales
En España, el Ministerio de Sanidad ha avanzado en esta materia mediante la creación de una
red estatal para la vigilancia de los determinantes sociales de la salud, con el objetivo de identificar factores como el salario, la educación y las condiciones laborales que afectan el acceso equitativo a servicios sanitarios.
Actualmente,
solo siete comunidades autónomas cuentan con estos sistemas: Andalucía, Aragón, Asturias, Comunidad Valenciana, Galicia, Comunidad de Madrid y Navarra. Sin embargo, otras regiones como Islas Baleares, Canarias, Cataluña, Castilla y León y País Vasco están trabajando para establecerlos.
Esta red busca una integración más amplia de la vigilancia para afrontar las desigualdades estructurales que inciden en la
esperanza de vida y bienestar de la población.
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