La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha recomendado al Gobierno de España reforzar los mecanismos de control en torno a las políticas de Salud. Entiende el organismo que, “más allá de revisar los resultados financieros” de las entidades públicas, los auditores nacionales podrían proporcionar “una
visión más profunda sobre el funcionamiento de los servicios y el uso que se da al dinero de los contribuyentes”. Por ejemplo, poniendo el foco sobre el
origen del dinero que va dirigido al Sistema Nacional de Salud.
En su informe sobre la
‘Mejora de la Responsabilidad Pública en España Mediante la Supervisión Continua’, la OCDE recalca la importancia de profundizar en la labor de la
Oficina Nacional de Auditoria (ONA), el órgano de control financiero y auditoría interna de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE).
Entre otras medidas, el organismo económico defiende la conformación de indicadores relacionados con las políticas de Salud, Educación y Bienestar que no solo reflejen "e
l coste de la asistencia sanitaria", sino también de dónde procede el mismo, ya sea
a través de impuestos o los cambios en el volumen estimado de beneficiarios".
Según la OCDE, el desarrollo de este tipo de
“indicadores de rendimiento” serían útiles “no solo para los objetivos de las entidades individuales”, sino también para las “políticas transversales que dependen de la eficacia y la eficiencia de diversas organizaciones o programas”.
“Este análisis brindaría perspectivas sobre los posibles retos sistémicos relacionados con la sostenibilidad de la prestación sanitaria y proporcionaría a las entidades responsables, así como a los consumidores de los informes de la ONA, una visión más profunda sobre el funcionamiento de los servicios y
el uso que se da al dinero de los contribuyentes”, apunta.
Indicadores para el control del gasto en sanidad
En su informe, la OCDE destaca que la ONA “ya tiene en cuenta varios factores relacionados con las dimensiones de los
ingresos y deuda, y considera los aspectos del rendimiento de las organizaciones que supervisa”. No obstante, indica que también podría “aumentar su atención a la dimensión de los servicios en el modelo de las Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público”.
“Por ejemplo, podría
incorporar preguntas e indicadores cualitativos en sus cuestionarios de autoevaluación y otros factores de riesgo que aporten puntos de vista sobre la dimensión del servicio”. Entre estas cuestiones, cita la de si los organismos tienen capacidad de variar el volumen o la cantidad de los servicios que presta, si son vulnerables a factores como la incapacidad de variar los niveles de servicio o si se contabilizan las vidas útiles previstas o los valores de
reposición de propiedades, planta y equipos.
“Estas preguntas son útiles para evaluar la
sostenibilidad financiera a medio y largo plazo porque permiten comparar los compromisos actuales o proyectados de una organización en un estado futuro, basado en hipótesis razonables”, concluye.
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