Van a hacer ya 16 años desde que la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud instase a las Consejerías de Sanidad comunidades autónomas a hacerse cargo de la
Sanidad Penitenciaria. A día de hoy, solo dos CCAA la tienen ya transferida: País Vasco y Cataluña. De cumplir con la ley el resto de autonomías las
condiciones laborales de los médicos de la Sanidad Penitenciaria cambiarían notablemente y, además, se abriría la puerta a que pudiese haber
médicos internos residentes (MIR) en las prisiones
españolas.
Así lo ha confirmado
José Joaquín Antón, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP) y médico de la cárcel de Albolote (Granada), a
Redacción Médica: "Que los
MIR pudiesen rotar en prisiones sería ideal y razonable. Aportaría una gran riqueza en cuestión de aprendizaje y formación tanto a los residentes como a los profesionales. Sería lo lógico y lo normal".
Salario, guardias y carrera profesional
"Los médicos del hospital que menos cobran ganan 1.500 euros más que los facultativos de prisiones"
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No es la única realidad que cambiaría en los centros de salud de prisiones, el
aumento en las retribuciones de estos profesionales sería muy considerable. "La comunidad autónoma que peor paga a sus médicos les retribuye entre 1.000 y 1.500 euros más que lo que ganamos los facultativos de prisiones" Otra ecuación donde salen perdiendo los sanitarios de prisiones es en la
retribución de las guardias, tal y como señala Antón: "En las guardias hay enormes diferencias. Aproximadamente, un médico de guardia en un hospital gana
10 euros más cada hora que uno de prisiones. Si hacemos la cuenta por
una guardia de 24 horas las diferencias son considerables".
La transferencia de competencias a las Consejerías de Sanidad también permitiría a estos médicos optar a la
carrera profesional. Algo inexistente para ellos. "La carrera profesional es un punto clave. Fomentaría la
investigación en el sector. Ahora mismo da igual que uno de nosotros investigue más o haga más cursos y formación que el resto, somos todos iguales". El presidente de la SESP también considera que este cambio beneficiaría a los propios
presos pues se "facilitaría su
acceso a pruebas complementarias y tratamientos".
Relación entre los médicos y los presos
Para Antón, el trabajo sanitario en prisiones está lleno de alicientes: "No hay nada como que un preso al que has curado te de las gracias. Algunos hasta te abrazan. También es muy satisfactorio como profesional ver a personas salir del
programa de lucha de la drogodependencia sin la adicción".
"Las agresiones a sanitarios en la cárcel son un problema residual"
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El presidente del SESP cree que hay un
estigma inmerecido para su profesión: "El mundo de la prisión es muy desconocido. A mí me preguntan si quiero trabajar en cualquier otro sitio y digo que no". Salvo lo que puede pensar la mayoría, el
problema de las agresiones a sanitarios "es residual en las cárceles españolas", en comparación con las que tienen lugar en la calle.
Otro aspecto llamativo de la relación entre los presos y los médicos que señala Antón es que "los sanitarios de prisiones
preferimos no conocer los delitos que han cometido. De hecho, en muchas ocasiones uno se pregunta ¿cómo puede ser que alguien tan educado haya acabado aquí? Pasa incluso con quienes han cometido delitos muy feos".
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