La racha de España en disminución de
mortalidad infantil se ha truncado. Después de una década de caída de las defunciones de menores de un año por cada 1.000 niños nacidos vivos, esta tasa creció en 2014, aunque fue solo en dos décimas.
Así lo indica el informe
‘Patrones de mortalidad en España, 2014’, que refleja el aumento a 2,9 defunciones por cada 1.000 niños nacidos vivos, tras años de reducciones. De hecho, el incremento anterior fue de 2003 a 2004. Con todo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) consultados por Redacción Médica, esta tasa volvió a descender en 2015.
El Ministerio de Sanidad, que elabora este informe, precisa que las principales causas de muerte de la población infantil española son las maformidades congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas, sepsis bacteriana y hemorragia del recién nacido.
Por otro lado, el análisis precisa que en 2014 aumentó la mortalidad bruta, que alcanzó las 395.830 defunciones, 5.000 más que en 2013. Esto también se ha traducido a la tasa de mortalidad bruta, que se ha incrementado hasta las 852,1 muertes por 100.000 habitantes (14 más que en el año anterior). Sin embargo, el riesgo de mortalidad descendió un 1,1 por ciento.
Las
principales causas de muerte en 2014 fueron el cáncer, las enfermedades del corazón y las cardiovasculares. De hecho, estas tres patologías sumaron más de la mitad de las defunciones en España durante el citado periodo.
Acceda al estudio 'Patrones de mortalidad en España, 2014'
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