El panorama epidemiológico de España es hoy muy diferente al que imperaba hace un año, al término de la
primera oleada de Covid-19, cuando los esperanzadores indicadores de seguimiento del virus propiciaron una desescalada de las restricciones. Curiosamente, en la actualidad también se han flexibilizado medidas como la de la obligatoriedad de la mascarilla, aunque el contexto es mucho menos optimista:
los contagios se han disparado, y la incidencia acumulada es casi 100 puntos mayor que la de junio de 2020.
El último parte del Ministerio de Sanidad, con datos del
29 de junio, refleja una
IA de 106,82 contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, tasa que alcanza los 57,79 casos si se tiene en cuenta el montante de las siete jornadas previas. Son datos un 1.200 por ciento superiores a las del mismo día de 2020, cuando la IA a 14 días se situaba en las
8,47 infecciones (4,16 en el acumulado de los 7 días anteriores).
Evidentemente, también es mucho mayor el ritmo de contagios. En el último día se notificaron
7.091 nuevos casos de coronavirus frente a los 200 del 29 de junio de 2020. Bien es cierto que se ha producido un cambio en la población “vulnerable”, tal y como apuntó este lunes el director del Ccaes, Fernando Simón, dado que en la actualidad
la mayor tasa de infecciones se registra en los jóvenes.
Más hospitalizaciones, menor letalidad
Respecto a los fallecimientos, el Ministerio de Sanidad notificó este martes
46 muertes en los siete días previos, mientras que en el acumulado del 29 de junio de 2020 hubo 12 defunciones. De hecho, apenas dos días antes, el 27 de junio, las comunidades autónomas no comunicaron ninguna muerte.
Por otro lado, el Gobierno informó este martes de que solo en las últimas 24 horas
habían ingresado en hospitales 284 pacientes con coronavirus (aunque
recibieron el alta 406). Los datos del 29 de junio de 2020 reflejaban solo el acumulado de ingresos de la semana previa, que se situaron en 137.
No obstante, no todos los indicadores son pesimistas. Las medidas de control del Covid-19 y el avance de la campaña de vacunación permitieron
reducir sensiblemente la tasa de letalidad del virus, que en la actualidad es del 2,1 por ciento frente al 11,4 por ciento del pasado año.
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