Redacción. Madrid
El Departamento de Saludo del Reino Unido (equivalente al Ministerio de Sanidad) quiere gastar el dinero solo en aquello que se haya demostrado eficaz. Por eso, el Gobierno se plantea incluir la homeopatía en el conocido como ‘catálogo 1’, una suerte de lista negra de los fármacos que los médicos del sistema nacional de salud del país (NHS, por sus siglas en inglés) no pueden prescribir.
George Freeman, secretario de Estado de Ciencias y Biología, ha afirmado que “el incremento de las demandas sanitarias obliga a asegurarnos que gastamos los fondos del NHS en los tratamientos más efectivos”, según recogen medios como la BBC o The Guardian.
Esta decisión viene motivada por las presiones del grupo Good Thinking Society (Sociedad del Buen Pensamiento) que amenazaba al Gobierno con acciones legales si la homeopatía seguía pudiendo prescribirse en el NHS.
El debate sobre el uso de la homeopatía en el NHS no es nuevo en Reino Unido. Ya en 2010, el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes publicó un informe en el que señalaba que los principios en los que se basa la homeopatía son poco convincentes. Este documento señala que, aunque ha habido mucha investigación al respecto, “no existe evidencia de que la homeopatía sea efectiva como tratamiento para ningún problema de salud”.
Además ponía el foco en que, en general, estos remedios se diluyen tanto en agua que pierden cualquier tipo de propiedad original y alertaba sobre su interferencia sobre tratamientos prescritos.
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