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La hija de un médico asesinado por ETA: “La vida es un hilo muy fino”

Antonio Muñoz Cariñanos era coronel del Ejército del Aire y un reconocido otorrinolaringólogo

Macarena Muñoz junto a su padre, Antonio, asesinado por ETA en el año 2000.

11 mar 2018. 17.00H
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POR BORJA NEGRETE
Lunes, 16 octubre del año 2000. Macarena Muñoz acompañaba a su hija de dos años en clase de natación cuando recibió una llamada: “Han asesinado a tu padre”. Antonio Muñoz Cariñanos, coronel del Ejército del Aire y aclamado otorrinolaringólogo, fue asesinado por dos miembros del ‘Comando Andalucía’ mientras se encontraba en su consulta de Sevilla. Los dos pistoleros irrumpieron cuando atendía a un matrimonio y lo mataron disparándole a bocajarro.

“Entré en shock. El impacto emocional fue tan bestial que casi perdí el conocimiento. Con la muerte de mi padre me di cuenta de que la vida es un hilo muy fino. Hay un paso muy corto entre la vida y la muerte. Aprendí que hay que vivir con intensidad, como hacía mi padre”, cuenta su hija a Redacción Médica. El doctor Cariñanos ya había recibido amenazas de ETA en 1998, pero no le pusieron escolta a pesar de que él lo había solicitado.

Nunca sentí rabia. Sentí mucha tristeza. No odio a los terroristas, me parecen unos pobres desgraciados que no saben lo que hacen”, asevera. Pablo Muñoz, hermano de Macarena, se encontraba haciendo las prácticas de residente en el Hospital 12 de Octubre cuando tuvo lugar el fatídico acontecimiento.

"Nunca sentí rabia. Los terroristas son unos pobres desgraciados"



Hoy, Pablo tiene su propia consulta, el Instituto Cariñanos, en Sevilla. “Yo creo que mi padre influyó mucho en que Pablo quisiera convertirse en médico. Además, ambos tienen formas de ser parecidas, son muy cariñosos y sociables”, explica la hija del doctor, que trabaja en una multinacional norteamericana de alta cosmética. 

Antonio Muñoz era una buena persona y alguien muy querido por su pueblo. De hecho, la colaboración ciudadana fue fundamental para poder capturar a los asesinos de ETA. Gracias al testimonio de varios vecinos fue posible su captura.

Al servicio de los demás 

Mi padre estaba siempre al servicio de los demás. Se preocupaba por sus pacientes y no cobraba nada a esas personas que no podían costearse las operaciones. Prestaba dinero continuamente. Era alguien con un don de gentes muy especial, muy alegre, divertido y positivo. La alegría de la fiesta, en definitiva”, señala Macarena.

Afirma que ha superado el mal trago y que no se puede vivir con rabia: “Si hay arrepentimiento, tiene que haber perdón”.

La hija del doctor Cariñanos recuerda que su padre siempre hablaba con frases contundentes, pero hay una que recuerda más que ninguna: “Eres el arquitecto de tu propio destino”. Algo que sus hijos ponen en práctica día a día.

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