Marcos Domínguez. Madrid
Las terapias oncológicas son cada vez más específicas, por lo que los riesgos de su administración deberían ser tratados también específicamente. Así lo cree Luis Mazón, coordinador del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Universitario de Fuenlabrada y secretario general para España de la Comisión Internacional de la Salud Laboral, preguntado por Redacción Médica sobre los avances en el uso de fármacos peligrosos.
“Tenemos que hacer recomendaciones específicas, no son válidas las generales”, explica. “Siempre se ha hablado de medidas genéricas de prevención e incremento de los estándares de seguridad”, y es el momento de empezar a considerar cada tratamiento de forma individualizada, incluso entre aquellos que utilizan los mismos fármacos pero diferentes vías de administración: “Tiene que ver el área donde vas a implantar” el catéter intravenoso, “no es lo mismo intratecal que intraabdominal”.
El especialista apunta a que, en la actualidad, las recomendaciones de seguridad se han estandarizado y hay pocas diferencias entre hospitales en este aspecto. “Hemos avanzado muchísimo en las cuestiones técnicas de la administración de medicamentos peligrosos”, permitiendo elevar los estándares de seguridad “tanto para el paciente como para el trabajador”.
La evolución en la tecnología utilizada en la preparación y administración de medicamentos peligrosos, así como en la especificidad de los tratamientos debe ir seguida de una formación que “tiene que ser muy especializada”, sostiene Mazón. “Sin formación específica en seguridad y procedimientos de trabajo, difícilmente podremos trabajar de manera óptima”.
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