Diez años después de la entrada en vigor del
Real Decreto 183/2008, que desarrolla la figura del
tutor en
Formación Sanitaria Especializada, solo siete comunidades lo han desarrollado con una normativa específica.
Se trata de las siguientes:
Castilla-La Mancha,
Cataluña,
La Rioja,
Extremadura,
País Vasco,
Canarias y
Andalucía, que ha sido la última en incorporarse al club, hace
escasamente dos meses. Otras autonomías, como
Baleares o
Asturias, afirman estar trabajando en el proyecto.
Sin embargo, hay una gran
heterogeneidad en los incentivos que ofrecen a los médicos para involucrarse en la docencia de los MIR, según ha podido comprobar
Redacción Médica al consultar con las Consejerías de Sanidad.
Cataluña y País Vasco son las únicas comunidades donde se ha regulado el incentivo económico
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Una encuesta de la Sociedad Española de Formación Sanitaria Especializada (
Sefse-Areda) en 2015 señalaba que
el 87 por ciento de los tutores MIR no recibían compensación económica por su labor.
Cataluña y País Vasco son las únicas comunidades donde se ha regulado este incentivo,
individual y dependiente del número de residentes tutorizados y de las horas de tutorización.
Incentivos al tutor MIR
Entre aquellas que no han desarrollado el Real Decreto, Madrid ha establecido un procedimiento de acreditación “en el ámbito de la Atención Primaria” que ofrece, “entre otras, cuatro días libres al año con sustitución,
entre un 10-15 por ciento de productividad variable vinculada al cumplimiento de objetivos docentes y compensación horaria por docencia”.
La
compensación horaria es la medida más habitual entre las comunidades que han respondido a la consulta de este medio. La otra es el
reconocimiento en baremos para los procesos selectivos. La liberación de tiempo específico para dedicar a
formación también es frecuente.
Sin embargo, para el representante de Médicos Tutores y Docentes de la Organización Médica Colegial (OMC),
Francesc Feliu, se trata de medidas insuficientes. “Se ha regulado que el tutor dedique 5 horas por mes para cada residente, pero la coletilla es importante: que sea
en horario de trabajo”. Esto “choca con la presión asistencial que tiene todo médico que está ejerciendo”.
Méritos para la carrera profesional
El principal incentivo que debe regularse, según Feliu, es el reconocimiento y la visibilidad de las administraciones, “que nos repercuta en nuestra
carrera profesional, que sea validado, que la acreditación que tenemos como tutor sea reconocida a nivel nacional”. Esto es, que la labor “nos bareme en todas partes” y no solo a nivel de la autonomía en la que uno ejerce.
Feliu: "El 50% de los tutores ha admitido que, al menos una vez, ha sopesado abandonar la tutorización"
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La vocalía tiene año y medio de vida y “hasta el momento, he conseguido tener representante en 39 provincias”. Entre los objetivos está la realización de un registro de residentes, algo que muchas comunidades o no tienen o lo tienen de manera oficiosa.
El mazazo de las jubilaciones
Feliu considera que, aunque la figura del tutor también va a recibir “el mazazo de las jubilaciones”, este hecho está algo alejado ya que la mayoría de tutores son jóvenes, “entre los 40 y los 50 años”.
Más acuciante es el problema de las deserciones: en la encuesta de Sefse-Areda, “el 50 por ciento admitió que, al menos una vez,
había sopesado la posibilidad de abandonar la tutorización”.
“Somos un colectivo que, si bien se nos ha colgado la etiqueta de imprescindible en el sistema MIR, no se nos ha dado el reconocimiento que creemos que debemos tener”, sostiene. “
No tenemos los recursos ni los incentivos que nos merecemos”. Y concluye: “La tutorización es casi un trabajo altruista: somos tutores por vocación”.
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