Redacción. Madrid
El pasado mes de enero la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) negaba los efectos nocivos de la exposición al bisfenol A (BPA) tras la publicación de un estudio coreano que reflejaba una mayor tendencia a la hipertensión asociada al consumo en envases alimentarios fabricados con dicho material.
Philippe Hartemann, presidente del Ccrseri.
|
Ahora es el Comité científico independiente de los riesgos sanitarios emergentes y recientemente identificados (Ccrseri) quien manifiesta su posición con respecto a la exposición a esta sustancia a través de dispositivos médicos como catéteres, implantes o adhesivos y selladores odontológicos.
“Existe un debate abierto en la comunidad científica sobre el nivel de BPA al que está expuesta la población y sus posibles efectos para la salud”, detalla la delegación de la Comisión Europea. Si bien dicho componente podría tener efectos específicos en el metabolismo y el aumento de peso, el desarrollo de las glándulas mamarias y el comportamiento y la ansiedad, los resultados de las investigaciones previas no resultan concluyentes y “los hallazgos siguen siendo controvertidos”.
El Ccrseri ha evaluado el riesgo del BPA en aplicaciones de carácter sanitario tomando como punto de referencia la ingesta diaria fijada por la EFSA de 4 μg/kg de peso corporal. Las conclusiones reflejan que “en la mayoría de las aplicaciones el nivel de BPA al que están expuestas las personas se considera seguro al no superar la ingesta diaria tolerable”. Además, “la exposición suele ser breve” alejando aún más el riesgo al no tratarse de un uso de carácter diario.
Sin embargo, esta afirmación encuentra excepciones. En el caso de los cuidados intensivos neonatales, atención médica continuada de recién nacidos y pacientes de diálisis la exposición supera el valor de referencia convirtiendo a este grupo de población en el más vulnerable. Basándose en los datos disponibles, el Ccseri concluye que en tales casos existe el riesgo de que el BPA tenga efectos negativos, ya que la exposición supera el valor de referencia y el grupo de población expuesto puede ser particularmente vulnerable.
¿Debería entonces prohibirse el BPA en dispositivos médicos? El comité concluye que “la posibilidad de encontrar alternativas a los materiales que contienen BPA debe evaluarse en función de la eficacia del tratamiento y la posible toxicidad de dichas alternativas”. Una opción que aún no resulta viable, según anota el dictamen, pues “no se dispone de suficiente información”.
ENLACES RELACIONADOS
Un proyecto europeo analiza el riesgo ambiental para la salud individual (29/01/2014)