Eurostat ha demostrado que la recopilación sistemática y significativa de
estadísticas de morbilidad a nivel europeo es "factible" mediante una serie de
estudios pilotos a nivel nacional
realizados entre nueve Estados miembros entre 2019 y 2021. A pesar de su viabilidad, este sistema todavía presenta "
dificultades" relacionadas con la estandarización de los métodos. Las
diferencias entre los sistemas nacionales de salud y sus recopilaciones de datos siguen siendo un problema de comparabilidad para muchos indicadores.
Según
Eurostat, disponer de
estadísticas de morbilidad específicas del diagnóstico a nivel de población podría ser muy útil tanto para los responsables políticos, como para la industria y los medios de comunicación. Por este motivo, la
Comisión Europea y los Estados miembros están trabajando en ellas. En concreto, los países que han participado en estos estudios piloto, conocidos como ‘proyecto MORB’ han sido
Bélgica,
Croacia,
Finlandia,
Hungría,
Lituania,
Malta,
Países Bajos y
Polonia.
Para ello, los países han utilizado una "lista concisa de
indicadores bien definidos", derivados de estudios y
proyectos piloto en materia de
estadísticas de morbilidad realizados con anterioridad. En concreto, el punto de partida ha sido el documento elaborado en 2006-2007 por el
Grupo de Desarrollo de Estadísticas de Morbilidad (MSDG) de la
Comisión Europea sobre 'Principios y directrices para las estadísticas de morbilidad específicas del diagnóstico'.
Cuatro indicadores clave para medir la morbilidad
La inclusión de las condiciones de salud en la
lista de indicadores propuestos consideró evidencia previa relacionada con
cuatro factores. En primer lugar, se encuentra la
relevancia de las políticas y la salud pública, carga social y económica a nivel nacional y de la UE, junto a la importancia de los costes y la carga de trabajo de los sistemas de salud.
En segundo lugar, se ha contemplado la
importancia clínica y epidemiológica de la enfermedad o grupo de enfermedades y la capacidad de definir el indicador sin ambigüedad. Le siguen la
probabilidad de una buena comparabilidad del indicador
entre países, teniendo en cuenta las
diferencias en los sistemas de salud, las prácticas nacionales y la evidencia de estudios piloto anteriores.
Por último, se ha tenido en cuenta la
viabilidad en vista de las posibles fuentes de datos y dificultad esperada de las c
uestiones metodológicas, con base en el análisis de los inventarios nacionales del Proyecto Europeo sobre Inventarios de Estadísticas de Morbilidad (EPIMS).
Viabilidad de la recopilación de datos estadísticos de morbilidad
Según explica este organismo en sus resultados, no es sencillo determinar si las
diferencias que se comprueban en la incidencia y en la prevalencia de las enfermedades se deben a la
compatibilidad de las fuentes de datos o si reflejan
patrones epidemiológicos. Además, señalan que durante los estudios pilotos, es posible que algunos países contasen con sistemas de salud que
incorporen sesgos sistemáticos.
Otra cuestión que
complica la recopilación de datos estadísticos sobre morbilidad es el
uso de diferentes clasificaciones, particularmente la
Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP). Esto es porque el alcance de los códigos de la CIAP no siempre se corresponde con los códigos de la
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10, ya que los estudios se realizaron hasta 2021, a partir de 2022 entró en vigor la CIE-11) de una manera que permita un mapeo preciso.
Por este motivo,
algunos de los indicadores no pueden ser factibles si algunos países dependen de registros basados en la CIAP, a menos que las condiciones relevantes puedan cubrirse completamente usando otras fuentes de datos.
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