Redacción. Madrid
El coste laboral y salarial de un profesional que se dedique a las actividades sanitarias es 40 por ciento más barato de otro que desempeñe funciones de fabricación de productos farmacéuticos, según la encuesta trimestral del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al cuarto trimestre de 2012 y que recoge el último informe de Unespa.
Tabla de los costes laborales y salariales en las diferentes actividades a finales de 2012. Fuente: INE.
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En concreto, el precio que se paga por tener contratado a un sanitario 78,8 puntos, frente a los 120,8 de los farmacéuticos, lo que supone una diferencia de 42 puntos entre una y otra profesión.
Dentro de las actividades relacionadas con la rama de Ciencias de la Salud, los farmacéuticos lideran el ranking, seguidos de los sanitarios, que se mantienen a mitad de la tabla. Las actividades veterinarias, por su parte, se quedan casi al final de la lista, en tercera posición empezando por detrás, con 35,8 puntos de coste laboral y salarial, superando únicamente a los servicios a edificios y actividades de jardinería (32,8) y servicios de comidas y bebidas (32,5). Por el contrario, las actividades relacionadas con la industria, como son la energía o refinerías, siguen siendo las que mayores costes laborales y salariales representan.
Estabilidad laboral en el sector asegurador
Por otro lado, la última Memoria Social del Seguro 2014 publicada por Unespa refleja que el 97 por ciento de los trabajadores de entidades aseguradoras en España tenía un contrato laboral indefinido el año anterior, frente al 2,86 por ciento de la plantilla que trabajaba con un contrato temporal.
Estos datos reflejan que el sector asegurador es unas 10 veces más estable, laboralmente hablando, que la media del país, que se situó en el 23 por ciento de tasa de temporalidad para todo el conjunto de la economía, tal y como reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente a 2013 publicados por el INE.
Sin embargo, la baja tasa de temporalidad no es el único elemento a tener en cuenta para analizar la calidad del empleo en la industria aseguradora. Otro indicador es el tamaño de sus plantillas, que se ha mantenido estables en estos años de crisis, según explica Unespa, en el entorno de los 50.000 empleados.
A cierre de 2013, las entidades aseguradoras y reaseguradoras que operan en España contaban con 46.324 trabajadores, a los que se deben sumar los 3.371 profesionales radicados en el país pero que trabajan en entidades que no están sometidas al supervisor nacional. Dichas entidades rinden cuentas ante otros supervisores comunitarios al operar en régimen de libertad de establecimiento.
Por comunidades autónomas, el reparto de la plantilla de las aseguradoras y reaseguradoras muestra que dos de cada tres empleados trabajaban en la Comunidad de Madrid o en Cataluña. Esta concentración se debe a que buena parte de las entidades del sector tienen ubicados sus servicios centrales en las provincias de Madrid o Barcelona.
El tercer indicador de calidad del empleo en este campo es la veteranía de la plantilla. La antigüedad media de los trabajadores del seguro se situó en 2013 en los 13 años. En el caso de los hombres, esta magnitud sube hasta los 14 años, mientras que en las mujeres baja hasta los 12. La vinculación media de los trabajadores con sus empresas es, por tanto, mayor en el seguro que en el resto de los sectores de la economía española. Solo la Administración Pública, la construcción de maquinaria y el sector agropecuario presentan índices de antigüedad media por empleadas más dilatadas que los del seguro, remarca Unespa.
“A pesar del fuerte impacto que ha tenido la crisis sobre el mercado laboral español, este porcentaje se ha mantenido estable desde 2008”, explica la asociación empresarial en un comunicado. “La elevada tasa de contratos indefinidos refleja cómo el seguro ha logrado mantener un empleo de calidad durante los últimos años a pesar de la adversidad económica”.
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