El
Ministerio de Sanidad ha publicado un informe técnico sobre la
eficacia y la seguridad de la práctica del yoga con el objetivo de medir científicamente cuándo resulta beneficiosa para el tratamiento de algunas patologías. La revisión de los estudios publicados ha concluido que no hay evidencia disponible que avale sus efectos en la
inmensa mayoría de las enfermedades analizadas. Los investigadores solo han encontrado aspectos positivos en
tres casos concretos.
Tras seleccionar una veintena de estudios que analizaban la eficacia del yoga en diferentes condiciones, los autores del documento han apuntado a que no se ha podido demostrar un impacto en la calidad de vida de los pacientes con
dolor crónico, asma, esclerosis múltiple o en rehabilitación después de haber sufrido
un ictus.
Además, han advertido que la calidad de las revisiones sistemáticas realizadas y la escasez de estudios no permiten ofrecer unas "conclusiones fiables" sobre la seguridad del uso del
yoga como intervención terapéutica o rehabilitadora en las condiciones clínicas que se han evaluado.
En los únicos casos en los que sí que se ha concluido que este deporte puede resultar “efectivo en el corto plazo” como intervención de apoyo ha sido en
pacientes con cáncer de mama, ya que ayuda a la reducción de
la fatiga y a la mejora de los
trastornos del sueño que están asociados con esta patología en comparación con no realizar ninguna terapia adicional.
Para llegar a este punto, los analistas han tenido en cuenta los resultados de seis revisiones, entre las cuales figura
una de alta calidad. En algunos de ellos se comparaba la intervención con yoga con cualquier otra terapia activa como el
ejercicio o las intervenciones psicosociales.
El impacto del yoga en la salud mental
Además, los evaluadores del Ministerio de Sanidad también han reconocido que el yoga tiene un impacto positivo e
n pacientes con depresión o ansiedad, mientras que también ayuda a reducir
la fatiga, si se compara con otro tipo de intervenciones que sean de carácter psicosocial o educativo.
La limitación de la información científica también ha arrojado algunos interrogantes. Los investigadores no han podido aportar conclusiones sobre otras enfermedades para las cuales los pacientes utilizan el yoga con frecuencia como el
deterioro muscular, el dolor abdominal recurrente infantil, la epilepsia, la EPOC, la esquizofrenia, la incontinencia urinaria en mujeres o el
cáncer hematológico.
En cuanto al impacto de la propia práctica de este deporte, los científicos han determinado que
no está asociado con ningún efecto adverso grave para la salud de los pacientes, aunque sí que puede provocar algunos de carácter leve relacionados con
problemas musculoesqueléticos debido a los movimientos que se practican.
El informe forma parte de una serie de documentos que el Ministerio de Sanidad ha ido publicando de la mano de la
Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) y del
Instituto de Salud Carlos III (ISCII) para analizar los beneficios de algunas
técnicas alternativas como la acupuntura, la reflexología podal, la musicoterapia, el pilates o la terapia floral.
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