El
aspartamo aumenta el riesgo de sufrir ansiedad, según una investigación publicada en la revista científica
Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA (Panas). Los datos del estudio recalcan que los ratones que consumían diariamente agua con este edulcorante artificial mostraban comportamientos alterados por la ansiedad. A su vez, el estudio también ha destacado que esos niveles de ansiedad se "alivian" con fármacos, como
diazepam. “La exposición al aspartamo interrumpe la expresión génica en la amígdala, una región del cerebro asociada con la regulación de las respuestas de ansiedad y miedo”, explica el estudio.
Para que esa ansiedad surja, apuntan a que el aspartamo tiene que estar presente en el
15 por ciento del consumo diario. Además, los autores recalcan que “lo más importante” en cuanto a la perspectiva de
salud pública es que la ansiedad inducida por el aspartamo, su respuesta al diazepam y los cambios en la expresión del gen de la amígdala son “hereditarios a lo largo del linaje paterno”.
El aspartamo es un edulcorante no calórico que actúa como un sustituto del azúcar, formado por los componentes de fenilalanina, ácido aspártico y metanol. Se puede encontrar en las
bebidas gaseosas sin azúcar, chicles, mermeladas de frutas y
productor edulcorantes no azucarados. Ha sido objeto de
estudio de un grupo de investigadores de la Universidad Federal de Florida.
Hereditario en dos generaciones
"La presencia de la ansiedad, su respuesta al diazepam y los cambios en la expresión del gen de la amígdala en la primera generación sugieren una
heredabilidad intergeneracional de los efectos del aspartamo”, apunta el estudio. Es decir, que un hombre que consuma el aspartamo le puede “pasar” el riesgo de padecer ansiedad a sus futuros hijos. Los investigadores apuntan a que “probablemente” se da esa transmisión debido a que el aspartamo genera “
cambios en los espermatozoides”.
Misma tendencia se da entre la primera generación y la tercera. Además de la transmisión padre-hijo, se extiende también al
abuelo-nieto. Los efectos que el aspartamo genera en el cuerpo de una persona “pasan” directamente a sus descendientes próximos.
Sin embargo, los investigadores recalcan que los efectos del edulcorante van disminuyendo a medida que la descendencia se agranda: “Los cambios inducidos por el aspartamo mostraron una
atenuación progresiva durante el descenso de la primera generación a la tercera, de la generación abuelo-nieto”. También apuntan a que la administración del diazepam redujo el comportamiento de la ansiedad al valor inicial de la propia generación. Explican que un nieto no podrá recuperar los niveles cero de ansiedad de su abuelo. Podrá
recuperar su nivel de ansiedad más bajo, partiendo de los niveles de aspartamo que por ser nieto de un hombre consumidor de dicho edulcorante puede tener.
Tiempo de exposición
En los estudios llevados a cabo para poder hacer la investigación el período de exposición al aspartamo fue de 30 días. No obstante, los investigadores han descubierto que dicha exposición debe alargarse
de seis a ocho semanas para que surja el comportamiento de ansiedad.
Un hallazgo que sale a la luz en un momento en el que en el campo de la
Salud Mental se han dado avances en cuanto a tratamientos. En Psquiatría, por ejemplo, han salido al mercado nuevos medicamentos mientras que en el campo de la esquizofrenia ansían nuevos tratamientos para cubrir una necesidad todavía no cubierta, subrayan los profesionales de la especialidad. Además, hace escaso mes y medio que el Ministerio de Sanidad aprobó un
antidepresivo de spray nasal para tratar la
depresión grave.
Los investigadores concluyen subrayando que el aspartamo merece un lugar en “la lista de agentes ambientales como hormonas, insecticidas y drogas de abuso cuyos efector adversos no se limitan a los individuos expuestos, sino que se manifiestan en múltiples generaciones de descendientes”.
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