Uno de los principales problemas que aducen los profesionales sanitarios, y más tras la pandemia vivida en los últimos meses, es la sobrecarga de trabajo, algo que acucian aún más aquellos que están cercanos a la edad de jubilación. Es por eso que
la prejubilación se antoja como un bálsamo, si bien es una opción que no a todos termina de convencer, pues muchos de ellos querrían optar por una fórmula intermedia que complemente una reducción de jornada laboral con una retribución parcial de la prestación por jubilación.
En la actualidad,
esta jubilación parcial anticipada no es posible para los empleados públicos, como lo son los trabajadores de los servicios de salud, y tal y como lo contempla la
Ley del Estatuto Básico del Empleado Público. Sí puede, sin embargo, decantarse por la
jubilación voluntaria anticipada. Esta depende de la voluntad del profesional, siempre que acredite 35 años de cotización y le resten 2 o menos años para alcanzar la edad ordinaria de jubilación, extremos que constata y gestiona la Seguridad Social.
Los servicios de salud, por lo general, tienen limitadas las competencias en esta materia. No obstante,
sí que pueden negociar una reducción de jornada -y trabajar así menos horas al día o solamente en determinados meses-,
si bien ello supone “una merma de su salario” en base a la modulación del horario laboral reducido, según explica
Vicente Matas, coordinador del Centro de Estudios del Sindicato Médico Andaluz (SMA).
Los médicos ven "interesante" la jubilación parcial
La jubilación parcial anticipada es posible para los funcionarios, quienes, además, “se pueden jubilar con 60 años y 30 cotizados”, aunque son muy pocos los que ostentan esta condiciones en los servicios sanitarios. En líneas generales, sostiene el experto, “la jubilación flexible o parcial en ninguno está contemplada ni desarrollada”.
“Si se desarrollara y se aplicase, sería interesante, porque hay muchos profesionales que pueden quererreducir parcialmente su jornada y cobrar parte de la jubilación”, asegura. A su juicio, esta sería una manera de permitir seguir permitiendo que los más veteranos puedan seguir prestando servicios, y más ante la carestía de profesionales sanitarios que caracteriza a la sanidad española, aunque sin la presión que implica para quien está a punto de jubilarse una jornada laboral completa.
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