Los trabajadores de
Babcock Mission Critical Services compañía que, entre otras cosas, se dedica al transporte sanitario aéreo, incician este viernes una
huelga, convocada por el comité de empresa y por el sindicato
Sepal (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas), que se prolongará
hasta el próximo 30 de junio y afectarán a un total de
nueve Comunidades Autónomas -Castilla y León, Cantabria, Madrid, Castilla-Mancha, Andalucía, Valencia, Canarias, Extremadura y País Vasco-, en donde Babcock cuenta con
concesiones para operar por parte de los Gobiernos regionales.
Desde Saple sostienen que la decisión de esta interrupción “es consecuencia de la
falta de credibilidad de Babcock para iniciar una negociación real que evite
la drástica medida de rebajar los salarios” de sus trabajadores un 13 por ciento, "llegando al 30 por ciento en algunos conceptos". “No se desconvoca una huelga con un anuncio, sino con
un pacto firmado que comprometa a ambas partes a cumplir lo acordado. Además no se puede retirar lo que no pasa de ser una amenaza”, apuntan.
Intermediación de los Gobiernos regionales
En este sentido, Sepla pide a las
Administraciones Públicas que tienen contratada a Babcock
que intervengan y medien en esta situación “que no debería prolongarse más tiempo”, aunque por el momento no ha habido respuesta desde los Gobiernos Regionales.
Asimismo, lamentan que los Ejecutivos, por lo general, hayan
endurecido las condiciones de las concesiones reduciendo la cuantía destinada a las mismas cuando su deber es, precisamente, “
garantizar a los ciudadanos que estos servicios están cubiertos”.
No obstante, el sindicato recuerda que los
servicios mínimos declarados en estos casos es del “cien por cien”, tal y como también ha anunciado
Castilla y León en su
Boletín Oficial, de modo que los empleados que ofrecen el servicio de transporte sanitario aéreo, que en el caso de España son de
“los peor pagados de Europa”, deberían ocupar sus puestos en caso de necesidad y pese a la huelga.
La empresa declara beneficios
Sin embargo, a pesar del empeoramiento de las concesiones, desde Sepla consideran que la empresa no tendría por qué aplicar una reducción salarial a su plantilla cuando la matriz de
Babcock, ubicada en
Reino Unido, y pese a esta situación,
“declara beneficios”.
Todo esto deriva, a juicio del sindicato, en una situación de incertidumbre para los profesionales que, desde luego,
“no es lo ideal para un trabajo con un elevado índice de siniestralidad”.
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