Más allá de la
reducción en los contagios y la mortalidad, los efectos de la pandemia continúan siendo notorios en los centros sanitarios, que todavía abordan una
alta presión asistencial y largas listas de espera. Comunidades como Andalucía o la Comunidad Valenciana han puesto en marcha un sistema de jornadas complementarias, otorgando
un 'plus' de productividad a aquellos que quieran asumir ese esfuerzo extra. Sin embargo, dichas horas no serán tenidas en cuenta a la hora de calcular la
jubilación de los facultativos, por lo que, un
aumento de plantillas para redistribuir la carga se postula, por otro lado, como posible opción. ¿Cuál es la solución ideal en este caso?
Las opiniones están divididas entre los expertos. Lorenzo Armenteros del Olmo, portavoz de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica que "utilizar un plan de choque para reducir las listas de espera de un determinado centro trabajando los médicos por la tarde, sería una solución transitoria". "La solución debe ser crear
cupos adecuados para una demanda y gestión adecuada de la consulta, ese es el objetivo futuro", afirma Armenteros.
El portavoz de la Semg explica que la medida de
retribuir las tardes a los profesionales médicos y así disminuir las listas de espera puede "ser válida" de forma pasajera, pero "tendría que cumplir dos condiciones: por un lado, que sean unas
consultas con un número adecuado de pacientes y, por otro lado, que esa retribución de horas extras se coticen". Armenteros expone que la profesión de los sanitarios es la única que, a la hora de realizar cualquier tiempo extra, no se considera como actividad laboral.
Una posible solución sería establecer un
coeficiente reductor, sugiere Vicente Matas, coordinador del
Sindicato Médico de Granada en representación del colectivo médico. En cualquier caso, un sistema así, además de ser voluntario, debe incentivar, en su opinión, a los médicos actuales para hacer una tarde extra, "a ser posible
bien remunerada y que se tenga en cuenta como tiempo trabajado".
Opción para mayores de 55 años exentos de guardias
Para compensar este esfuerzo de forma justa, Matas cree que lo correcto sería fijar una retribución similar a la que mantiene el ámbito hospitalario con la continuidad asistencial, fijada en
210 euros por periodos de 5 horas (42 euros la hora).
"Si les retribuye adecuadamente seguro que habrá profesionales que querrán hacerlo", defiende, aludiendo explícitamente a aquellos profesionales
mayores de 55 años que ya no realizan guardias en su día a día y sufren por ello "una merma retributiva importante". Descarta, por el momento, el
aumento de plantillas como posible 'Plan B', ya que, actualmente no "hay médicos de Familia y pediatras para contratar" y los MIR son cada vez "menos propensos a elegir Atención Primaria como especialidad debido a las condiciones tan precarias y la elevada carga de trabajo".
"Es mejor que nos lo paguen y quien quiera que lo haga voluntariamente, a que no nos lo paguen", opina en este sentido Inmaculada Cervera Pérez como presidenta de la
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Consciente de la enorme carga de trabajo que sustenta este área, alerta de otro problema añadido como es la jubilación de los profesionales "en los próximos 5 años", unido a una "tasa de reposición de residentes de Médico de Familia del 0,7 por ciento".
Al contrario que Matas, la profesional considera "ideal que se contratara a la plantilla en aquellos lugares donde sea necesario, como por ejemplo
plazas sin cubrir" de cara a compensar el déficit estructural. Recalca la gran cantidad de médicos jóvenes y de calidad que, por las condiciones laborales que ofrecen aquí en España, se están yendo a otros países.
Atención telefónica en manos de R4 y R5
En lo que coinciden los tres profesionales es a la hora de
descartar la posibilidad de que los MIR lideren la atención telefónica y los médicos se centren en la presencial. "Y menos a un R1 o R2", aclaran Cervera y Matas, al ser el inicio de la formación. En el caso de los R4 y R5, con mayor experiencia clínica, sí estarían dispuestos a derivar parte de las consultas, siempre y cuando haya una
supervisión del médico adjunto.
En opinión de Armenteros, dejar esa responsabilidad en un médico de formación, una tarea que genera a veces
más incertidumbre que una presencial, supone "una irresponsabilidad". "Nuestra intención en la telefónica es captar esas señales de alarma que permitan que el paciente venga para que le veamos". Por tanto, delegar esta responsabilidad "
rozaría el límite ético e incluso legal de la actividad que pueda tener un residente", asegura, convencido de que es "considerarlo una obra barata".
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