Conseguir que los pacientes hagan lo contrario. Este es el objetivo de la campaña que han iniciado los enfermeros del Hospital Hillingdon, en Reino Unido, contra el pijama del hospital: "Queremos lograr que los pacientes cambien los pijamas por su propia ropa durante los días que pasen ingresados, por eso nosotros estamos trabajando en pijama. Queremos atraer la atención hacia lo opuesto", han explicado.
El pijama hace que "los pacientes se sientan más débiles, incluso se ven incapaces para desarrollar actividades básicas como lavarse o sentarse en una silla", continúan los enfermeros. Sentirse débil conduce a la pérdida de confianza sobre la recuperación. Además, estar en la cama supone una pérdida de fuerza muscular, principalmente en las personas mayores.
Para evitar estas sensaciones, los profesionales se encargan cada día de ayudar a los pacientes a vestirse con su propia ropa porque "los pacientes se sienten mejor y tiene una recuperación más rápida, lo que influye directamente en el ahorro de dinero para el hospital". Una tarea que lleva más tiempo al personal pero "que vale la pena".
Hasta el momento no hay evidencia sobre si la iniciativa contra el pijama está ayudando o no a reducir las estancias en el hospital, pero "hace que el hospital sea menos triste", manifiestan desde este colectivo.
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