16 hospitales de París pagarán a las embarazadas que dejen de fumar a lo largo de la gestación, una iniciativa inédita de la República francesa para prevenir el daño fetal por el tabaco y que ha emprendido el departamento de salud Assistance Hopitaux Publique, al que pertenecen los centros que participan en el ensayo-piloto.
Integran este último aquéllas embarazadas que lo soliciten y, además, cumplan los siguientes requisitos: estar en estado de menos de cuatro meses y medio de gestación; tener más de 18 años; fumar al menos tres cigarrillos al día, no utilizar cigarrillos electrónicos ni otros sistemas sustitutivos de la nicotina y, ante todo, “estar motivada” para superar el reto.
Las participantes serán sometidas a los controles ginecológicos rutinarios que se complementarán con visitas con especialistas para dejar de fumar. Cada visita, si los análisis de orina demuestran que la mujer no ha fumado en ese periodo, tendrá una compensación de 20 euros en cheques de compra que serán válidos en numerosos centros comerciales y tiendas especializadas en bebés.
“Una embarazada que viene todos los meses a ver a un tabacólogo tiene más posibilidades de lograr dejar de fumar que una que no viene y la compensación económica ayuda a venir regularmente a ver a los profesionales de la sanidad que van a ayudar a estas mujeres”, ha argumentado Bertrand Dautzenberg, neumólogo del hospital Pitié-Salpêtrière, en declaraciones a la cadena France Info.
Según apostilla El Periódico de Catalunya, “Francia no es el primer país que decide pagar a los fumadores para que abandonen el mal hábito, ya que desde el 2011 Suiza ofrece a todos los fumadores 1.356 euros para dejar de fumar”. Asimismo, en Escocia, un experimento similar en el 2015 dio buenos resultados: las universidades de Sterling y Glasgow recompensaron a 612 embarazadas que dejaran de fumar.
“Les daban un cheque regalo por semana cuyo valor iba aumentando a medida que pasaban las semanas, y, así, un 23 por ciento lograron dejar de fumar”. A juicio de David Tappin, uno de los expertos del estudio de la Universidad de Glasgow, “la técnica de la zanahoria funciona en todas las clases sociales”.
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