El
Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos (PRAN) refuerza su armazón con las
Normas de Certificación de los Programas de Optimización de Uso de los Antibióticos
(PROA). Se trata de un documento que servirá como hoja de ruta para
profesionalizar la labor de los equipos PROA, apostar por la formación continuada de los profesionales sanitarios y fomentar el cambio en el perfil de prescripción de los clínicos, entre otros objetivos recogidos.
"Estas normas suponen un
avance clave, que nos sitúan a la vanguardia a nivel europeo. España es el primer país en presentar un documento en el que de forma consensuada se hayan establecidos los requisitos mínimos que tienen que tener los
equipos PROA hospitalarios y comunitarios que favorezcan la coordinación asistencial junto a las comunidades autónomas para mejorar la implementación de estos programas", ha afirmado Carolina Darias, ministra de Sanidad, en la presentación de las mismas, al tiempo que añadía que serán unas herramientas útiles para
evaluar el nivel de excelencia de los equipos.
En esta misma línea,
María Jesús Lamas, directora de Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), ha señalado que es un
documento "imprescindible" para combatir la resistencia a los antimicrobianos. De esta manera, se sientan las bases para
homogeneizar los equipos PROA en todo el país y se escribe una nueva página en la historia del PRAN, que se publicó hace nueve años.
Coordinación entre hospitales y AP para reducir las resistencias
Según explica
Antonio López Navas, coordinador del PRAN Salud Humana, entre los objetivos de estas normas están mejorar la
formación continuada de los profesionales sanitarios en esta materia y fomentar el cambio en el perfil de prescripción de los clínicos. Sobre ello han hablado en la primera mesa de la jornada titulada 'Impacto de las Normas en los equipos PROA' donde han participado:
José Miguel Cisneros Herreros, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío;
Aurora Fernández i Polo, farmacéutica adjunta del Hospital Universitari Vall d’Hebron;
Josep de la Flor i Brú,
pediatra de Atención Primaria del Institut Català de la Salut; y
Miriam Alkorta Gurrutxaga, adjunta Microbiología del Hospital Universitario Donostia.
"Estas normas son un
impulso extraordinario para establecer la relación entre Atención Primaria y los hospitales y trabajar por
reducir las resistencias bacterianas y las infecciones por estos microorganismos. Nunca antes habíamos tenido nada parecido", ha apuntado Cisneros.
Otro aspecto importante que aborda el documento es la inclusión de este objetivo en los
planes estratégicos de hospitales y Primaria, lo cual ayudará a nivel organizativo y al propio desarrollo de los programas PROA en hospitales o
áreas sanitarias más pequeñas. "Gracias a la institucionalización, vamos a ver las labores PROA como una
actividad asistencial más", ha asegurado.
Por su parte, Fernández i Polo ha subrayado que contar con la
certificación de estos equipos es clave para "
definir acciones para la mejora en el uso de antibióticos" y da "el apoyo para trabajar con los requisitos establecidos en un denominador común".
"Es un marco ideal para
establecer las sinergias necesarias entre profesionales, direcciones de centros y autoridades sanitarias. Todos juntos podemos hacer que sea una línea estratégica a todos los niveles, con la
priorización de esfuerzos que eso conlleva", ha considerado.
Desde el punto de vista de los pediatras, De la Flor i Brú ha celebrado que esta guía recoja como requisito obligatorio tener un
especialista pediatra de PROA, así como la importancia de desagregar por edad los resultados de análisis del consumo de antimicrobianos.
Un momento de la mesa debate 'Impacto de las Normas en los equipos PROA'.
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Normas de Certificación PROA
La Norma de Certificación PROA hospitalarios está formada por
50 estándares; 43 en equipos comunitarios. Según se estipula en el documento, cada estándar define el requisito que se ha de cumplir para la implementación de los PROA y se clasifican según el grado de desarrollo del programa:
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Básico: medida que debería implementarse en todos los centros hospitalarios y en todos los centros de Atención Primaria.
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Avanzado: medida recomendable en centros de mayor madurez en la implantación de los programas.
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Excelente: medida óptima que, generalmente, será aplicada en hospitales o áreas sanitarias de referencia.
En este mismo sentido, los estándares son de siete tipologías diferentes:
aspectos organizativos (ncluye aquellos estándares que describen aspectos organizativos y funcionales, así como el desarrollo de un documento marco donde se seleccionan las estrategias que mejor se ajustan a la situación del centro);
institucionalización (están incluidos todos aquellos estándares que implican un compromiso de la dirección del centro con el PROA); recursos humanos y científico-técnicos (incluye los recursos humanos y técnicos mínimos que deben disponer para ejecutar el programa); medidas de
ayuda a la prescripción y dispensación segura de antibióticos; análisis y seguimiento del consumo y de los resultados clínicos; intervenciones educativas (incluye la formación a los profesionales sobre uso de antibióticos); y medidas para
promover la coordinación entre requisitos asistenciales y garantizar la continuidad asistencial (incluye medidas específicas consensuadas para la coordinación y comunicación entre los equipos PROA hospitalario y comunitario).
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