Redacción. Santiago
Andrea, la niña de doce años de edad que padecía una enfermedad neurodegenerativa irreversible, ha fallecido este viernes en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), donde permanecía ingresada. La niña ha fallecido después de que el lunes el centro hospitalario accediese a retirar la alimentación artificial como pedían sus padres para que tuviera una muerte digna.
Desde el martes quedó anulada la única nutrición que recibía y que le llegaba a través de una sonda exterior directa al estómago, dejando una mínima hidratación posible. La dosis justa para que la "fuerte sedación" a la que estuvo sometida hiciera el efecto buscado y reconocido como "muerte dulce".
El Servicio de Pediatría solicitó el informe del Comité de Ética de la Gerencia de Santiago, que se mostró a favor de la tesis que defiende los padres, al amparo de lo que recoge la reciente ley autonómica sobre derechos de pacientes terminales sin eutanasia,.
Como había explicado Ricardo De Lorenzo, socio-director de De Lorenzo Abogados, a Redacción Médica, el caso de Andra se contemplabar en la normativa autonómica y lo que ha terminado prevaleciendo es el principio consagrado “interés superior del menor”, aprobado en Ley de Protección de la Infancia.
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