Los
efectos adversos de la pandemia continúan teniendo un gran
impacto en los sistemas de salud de todos los países europeos. Por este motivo,
consolidar los cimientos en materia sanitaria se ha convertido en uno de los focos de todas las instituciones. A raíz de esta necesidad, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés), ha identificado
seis inversiones clave para mejorar la resiliencia de los sistemas sanitarios, que se enmarcan bajo
tres pilares, que se basan en
proteger la salud,
fortalecer las bases de los sistemas y
reforzar a los profesionales que trabajan en primera línea.
En conjunto, según la OECD, las seis inversiones representan aproximadamente un
1,4 del Producto Interior Bruto (PIB) en promedio entre los países europeos, con un rango entre ellos del 0,6 por ciento al 2,5 por ciento. Este intervalo
depende del gasto que haga en la actualidad cada uno de los países en estas inversiones. Los datos han sido publicados recientemente en el informe ‘
Invertir en sistemas de salud para proteger a la sociedad e impulsar la economía: inversiones prioritarias y estimaciones de costes por orden de magnitud’.
Seis inversiones necesarias en los sistemas sanitarios
Las dos primeras inversiones que se deben llevar a cabo para fortalecer los sistemas de salud
se enmarcan dentro del primer pilar que se centra en
proteger la salud subyacente de las personas. En primer lugar, la OECD señala que se debe invertir en
mejorar la atención preventiva para limitar la aparición de nuevas enfermedades, trastornos o afecciones. Junto a esta, medida, es necesario
financiar programas poblacionales masivos para proteger “la salud subyacente de las personas” y ayudar a los países “durante las fases agudas de shock de salud”.
El
segundo pilar, que se centra en
fortalecer las bases de los sistemas de salud, recoge
dos inversiones más. Por una parte,
disponer del equipo básico suficiente se considera un requisito previo para fortalecer la resiliencia general del sistema de salud, que servirá, según esta organización, para “seguir cumpliendo con los estándares de atención durante una crisis sanitaria”. Por otra parte, más allá de las inversiones de capital, el informe señala que “es fundamental
hacer un mejor uso de los datos de salud producidos”.
En este sentido, el documento refleja que existen una serie de deficiencias actuales en el sector de la salud, al que califica como "rico en datos pero pobre en información". "Se necesitan
mejores vínculos de TI para trasladar la información, no solo dentro del sistema de salud, sino también externamente", explican,
Las
dos últimas inversiones se recogen en el
tercer pilar, que busca
reforzar a los profesionales de la salud que trabajan en primera línea. La quinta demanda va enfocada a
tener como recurso a suficientes profesionales sanitarios y de cuidados a largo plazo. “Una laboral reforzada fortalece la prestación de servicios”, señalan. Para ello, tal y como explican, es necesario “crear una fuerza laboral sanitaria adecuada” y “aumentar la competitividad de los salarios de los enfermeros y trabajadores sanitarios”.
Por último, la sexta inversión se centra
disponer de una “reserva médica” que pueda ofrecer “una capacidad de refuerzo flexible y rentable a la que se puede recurrir en momentos de gran necesidad”. En este sentido, los costes se relacionan principalmente con la
capacitación periódica, “para garantizar que las personas alistadas en la reserva médica de un país mantengan las actividades necesarias para apoyar a los profesionales de la salud a tiempo completo”.
¿Cómo se deben financiar estas inversiones en sanidad?
Según la OECD, financiar tales inversiones requiere la
aceptación y la unión de varios ministerios, no únicamente el de salud. “En el futuro, es probable que el rendimiento de estas inversiones específicas en sistemas de salud supere con creces el coste. Por ejemplo, intervenciones efectivas en atención preventiva eventualmente reducirían la necesidad de atención médica, con el consiguiente ahorro de costes”, detalla el informe.
Dentro del sector de la salud, estas inversiones
evitarían, además,
que el sistema se pueda ver “abrumado”. “A medio plazo, también pueden aumentar la eficiencia al
reducir el gasto ineficaz y despilfarrador”, añaden. Además, desde la OECD señalan que estas inversiones impulsarán la economía en otros sectores. “Un sistema de salud más fuerte y resiliente ayudará a reducir la rigurosidad de las medidas de contención y mitigación en el futuro. Fortalece el capital humano tanto ahora, a través de una fuerza laboral más saludable y productiva, como en el futuro, a través de sociedades menos perturbadas” concluye.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.