La
sanidad española tiene unas particularidades que la hacen única, como su
descentralización, su universalidad y su financiación mediante impuestos. Por ello, mirar con lupa su funcionamiento y sus resultados es un trabajo complejo. El informe 'Health Systems in Transition' sobre el Sistema de Salud en España señala aspectos interesantes como que sería óptimo que realizara más
evaluaciones de tratamientos y tecnologías.
En sus conclusiones comentan que nuestro país requiere de instrumentos que permitan obtener una visión más clara de lo que constituye una
buena relación calidad-precio, abordando ineficiencias destacadas y persistentes, como el uso desigual de tratamientos eficaces y el uso excesivo de procedimientos inadecuados o ineficaces. Por último, en línea con el objetivo de sostenibilidad, recomiendan al SNS
realizar más y mejores evaluaciones, en particular para la adopción de nuevos tratamientos y tecnologías, así como para la valoración y valoración del impacto de las políticas públicas en la salud de la población.
Además, el informe lanza varios ‘recados’ al
Ministerio de Sanidad. "Se ha hecho evidente que es necesario
reforzar la Atención Primaria, ampliar la atención odontológica y resolver la escasez de recursos humanos y servicios en algunas especialidades para que el acceso sea realmente efectivo", destacan. En las imágenes también se recogen las tendencias de largo recorrido de los principales indicadores de
gasto sanitario del Sistema Nacional de Salud (SNS), en las que llama la atención que a pesar del incremento de gasto por habitante, la distribución del mismo apenas varía.
En esta misma línea, el texto de más de 200 páginas subraya que quedan desafíos pendientes que requerirán
acción en los próximos años para tener un impacto en la
sostenibilidad y resiliencia del sistema de salud español. Entre ellos está la necesidad de profundizar las políticas dirigidas a abordar los determinantes de la salud, específicamente el
consumo de tabaco y alcohol, el sobrepeso y la obesidad en las poblaciones más jóvenes. Al mismo tiempo, también es necesario profundizar la cobertura efectiva de la atención de salud mental, los servicios de rehabilitación y la atención dental y óptica, en particular para personas vulnerables. Según explican, España tiene una baja tasa de
necesidades médicas no cubiertas y una inequidad entre el quintil más rico y el más pobre muy baja.
Énfasis en la Atención Primaria
De hecho, los autores ponen especial atención en la
Atención Primaria, que apuntan que debe "adaptarse y abordar los nuevos desafíos
epidemiológicos, sociales y tecnológicos". Por ejemplo, destacan que la falta de profesionales de atención primaria es una "preocupación importante", junto con el problema más amplio del desajuste previsto a largo plazo entre las
crecientes necesidades de salud y la capacidad de la fuerza laboral sanitaria.
"El aumento de los tiempos de espera, sobre todo en
la Atención Primaria, ha aumentado la percepción entre la población de que existe un
acceso debilitado al sistema de salud, lo que potencialmente aumenta las desigualdades entre la población", indican.
Asimismo, nuestro país está por debajo de la media en
mortalidad prevenible y mortalidad tratable, sin embargo, la primera ha subido en la última década y la segunda ha bajado. Concretamente, se ha pasado de
128 muertes por cada 100.000 habitantes a 143; mientras que en la mortalidad tratable se ha registrado un descenso de 74 personas a 62 habitantes por cada 100.000, lo que hace pensar que España
previene peor ahora que hace una década (se compara 2011 y 2020), aunque trata mejor.
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