La
Comisión Europea ha sacado los colores a España por la
gestión de los recursos humanos en la sanidad en su Informe País 2023. El análisis anual que realiza Bruselas sobre la estabilidad de la economía nacional ha puesto el foco en varios puntos vinculados con el Sistema Nacional de Salud (SNS), como el
déficit de profesionales de Enfermería para cubrir las necesidades actuales o la amenaza que representa el relevo generacional por las
jubilaciones de médicos.
El informe ha advertido que actualmente hay una “
distribución desigual” entre las plantillas de los trabajadores de la salud que puede condicionar el funcionamiento de algunos niveles asistenciales. Mientras que también se han identificado variaciones importantes entre comunidades autónomas.
“El número de enfermeras es bajo y la escasez tiene un impacto negativo en la Atención Primaria”, han alertado los autores del documento que contempla recomendaciones en todos los sectores productivos.
Ante esta realidad, Bruselas ha insistido en la importancia de aplicar políticas para el incremento de los profesionales que arranquen ya desde
la planificación universitaria. “Las medidas para atraer a más estudiantes a seguir carreras médicas y fomentar el reclutamiento y la retención parecen relevantes en este contexto”, han apostillado.
Bruselas ha advertido además que desde que arrancó la pandemia de Covid-19, la mayor parte de los planes de contratación de las administraciones públicas españolas han respondido al
“aumento de la demanda” provocada por la enfermedad, pero no han dado respuesta a estos problemas vinculados con el grueso de las plantillas sanitarias.
La Comisión Europea ha alertado sobre este déficit en un momento marcado por
el relevo generacional. Según sus estimaciones, un
32 por ciento de los facultativos y un 21 por ciento de las enfermeras ha cumplido ya los 55 años, lo que les acerca a la edad ordinaria para jubilarse.
“Se puede agudizar la escasez si no aumenta el número de titulados, especialmente de médicos”, han apostillado.
La temporalidad, un problema de una década en el SNS
Otro de los puntos débiles que ha encontrado el órgano de gobierno comunitario en España es el uso recurrente de los
contratos temporales en el Sistema Nacional de Salud, registrado durante la última década. De acuerdo a sus cifras, la eventualidad se ha incrementado desde el
28,5 por ciento registrado en el año 2012 hasta el
41,9 por ciento de 2020. “Las condiciones de trabajo siguen siendo un problema, con un uso cada vez mayor de contratos temporales”, han lamentado los autores.
Desde Bruselas se ha valorado positivamente algunas de las medidas acordadas para tratar de paliar este fenómeno como
la primera reforma del Estatuto Marco que el Ministerio de Sanidad y los sindicatos suscribieron ya a mediados de 2022 para erradicar el concepto de ‘eventual’ de la normativa laboral. Sin embargo, consideran que es pronto para ver sus resultados:
“Aún queda por evaluar su impacto”.
El impacto de la cronicidad en la sanidad
La Comisión Europea también ha centrado buena parte de su análisis en las previsiones de futuro de la economía española. Como viene siendo habitual en sus últimas grandes proyecciones, los expertos han vaticinado que el envejecimiento de la población y
la cronicidad se traducirán en un incremento del gasto sanitario a largo plazo. Algo que puede condicionar la capacidad del país para reducir su deuda pública y que supondrá “un desafío cada vez mayor para garantizar la sostenibilidad”.
Las previsiones de Bruselas pasan porque España dispare
su gasto público en un 1,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país de aquí hasta el año 2070, lo que supone cuatro décimas más que la media esperada para el conjunto de la Unión Europea. Algo que genera
“preocupaciones” en el bloque comunitario que ya habla de la necesidad de aplicar algún tipo de
reforma fiscal para compensar este fenómeno.
En todo caso, el Informe País 2023 ha vuelto a incidir en que actualmente el nivel de inversión en gasto sanitario del país se encuentra por debajo de la media comunitaria, a pesar del impacto de la pandemia de Covid-19. España sigue rezagada en las partidas
dirigidas a la Atención Primaria, aunque sí supera al conjunto de la Unión Europea en el
desembolso en medicamentos.
Déficit en salud pública y camas hospitalarias
Los autores del análisis también han evidenciado que el SNS ha incrementado su
inversión en salud pública hasta el
3,2 por ciento del gasto total sanitario como resultado de la labor de prevención de la pandemia, aunque la cifra todavía se mantiene dos décimas por debajo del promedio de los vecinos europeos. Mientras que el país también arrastra desde hace una década un problema por el
“reducido número de camas hospitalarias”.
En el capítulo de aspectos positivos, Bruselas ha subrayado algunas medidas que ya están en marcha, fundamentalmente gracias a los Fondos Europeos. Los 1.700 millones de euros previstos en el
Plan de Recuperación y Resiliencia son una de las principales virtudes. Mientras que también se han subrayado los proyectos que se espera para ampliar la cobertura sanitaria, mejorar la fuerza laboral, impulsar la infraestructura de salud digital, desarrollar políticas farmacéuticas o renovar equipos médicos.
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