Los
problemas de memoria sitúan a
España en el
séptimo lugar de la lista de naciones europeas con mayores índices en este aspecto. Según un Eurostat, en 2022, el
19,6 por ciento de la población española presentó
dificultades moderadas o graves
para recordar o concentrarse. Este índice supera a la media de la Unión Europea, que registra en 14,9 por ciento.
El alto indicador de
problemas de memoria lleva a
España a formar parte del
‘top 10’ de países con más dificultades en este aspecto. Por encima están países como Finlandia (33,6 por ciento); Dinamarca (26,7 por ciento); Países Bajos (26 por ciento), Suecia (25,2 por ciento) y Estonia (24,9 por ciento). Por el contrario, los
porcentajes más bajos se registraron en Chipre (5,7 por ciento), Malta (6,5 por ciento), Irlanda (7,3 por ciento), Bulgaria (7,9 por ciento) y Hungría (8 por ciento).
La
dificultad para recordar o concentrarse cubre una variedad de problemas con las funciones cognitivas, incluida la dificultad de una persona para orientarse o no poder concentrarse en lo que está haciendo, u olvidar dónde está o qué mes es, tal y como explica la
Oficina Estadística de la Unión Europea.
El riesgo de pobreza, detonante para los problemas de memoria
Según Eurostat, los
problemas de memoria y concentración son más frecuentes entre las personas en riesgo de pobreza. Al considerar el
umbral de riesgo de pobreza (AROP), surgen disparidades notables en el porcentaje de personas que experimentan
dificultades de memoria o concentración.
Entre las
personas que no están en riesgo, a nivel de la
Unión Europea, el
13,9 por ciento informó de tales dificultades, mientras que la cifra aumentó al
19,9 por ciento para las personas en riesgo de pobreza.
España supera también la media europea en este caso. En concreto, el porcentaje de personas
fuera de riesgo con problemas de memoria se sitúa en un
19,1 por ciento. Esta cifra asciende hasta un
21,3 por ciento en el caso de las personas que sí se encuentran en riesgo.
Algunos países de la Unión Europea registran
disparidades superiores a 20 puntos porcentuales en las dificultades reportadas para recordar y concentrarse entre las personas en
riesgo de pobreza y las que no lo están.
En concreto, la brecha registrada en
Croacia fue de 23,9 puntos porcentuales (el 16,2 por ciento de las personas sin riesgo de pobreza declararon tener dificultades para recordar o concentrarse, frente al 40,1 por ciento de las personas en riesgo de pobreza) y en
Estonia fue de 21,2 puntos porcentuales (el 19,4 por ciento frente a 40,6 por ciento).
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