Jueves, 28 de febrero de 2019, primera legislatura como presidente de
Pedro Sánchez. Ese día, la entonces ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, y su homólogo en Ciencia, Pedro Duque, presentan un
plan conjunto para comprobar si una lista de pseudoterapias tienen verdaderos efectos, positivos o negativos, en la salud de los ciudadanos. Son 66 técnicas y, entre ellas, una que fácilmente se puede encontrar en muchas oficinas de farmacia españolas: la
homeopatía. Unos meses antes, Carmen Montón, ministra antecesora de Carcedo, ya había avisado de lo que se suponían que iban a ser los planes del Ejecutivo socialista con estos productos al afirmar que su venta en farmacias podía generar "confusión y riesgo social para la salud".
Pero pasaron los años, las legislaturas lideradas por Pedro Sánchez,
varios ministros y ministras de Sanidad: la citada Carcedo, Salvador Illa, Carolina Darias, José Miñones y, hasta la fecha, la actual Mónica García. El plan ConPrueba publicó durante ese tiempo diferentes estudios sobre estas terapias: yoga, pilates, acupuntura, terapia floral…
Pero nada de la homeopatía.
Hace un año, en agosto de 2023, con un ministerio bajo la batuta del breve (y polémico) José Miñones,
Sanidad admitía que no estaba realizando estudio alguno que contrastara si la homeopatía resultaba eficaz para tratar algún tipo de patología. Ahora, agosto de 2024, con un
nuevo equipo ministerial e incluso con el desembarco de una nueva formación política para dirigirlo,
la situación es la misma.
Según ha podido saber
Redacción Médica a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (
Aemps), en la actualidad
no existe ningún trabajo que esté intentando averiguar si unos productos que el 76% de los ciudadanos conoce y cuyas cifras de consumo se estiman en torno al 5%, según datos del CIS, tienen algún efecto en la salud.
Fuentes ministeriales matizan a este periódico que todos los productos homeopáticos “deben
demostrar su calidad desde el punto de vista de su fabricación y además aportar la evidencia científica que soporte los datos de eficacia y seguridad clínica”. “Solo en el caso de poder acogerse a la modalidad de
‘registro simplificado’ por cumplir una serie de recogidos explicitados en la normativa pueden
reducir la información a este respecto y, en eso casos, no debe figurar ninguna indicación terapéutica en el etiquetado”.
Homeopatía: registro simplificado y sin indicación terapéutica
Un caso, este último, que reina en la homeopatía a la venta en España; de hecho, el propio ministerio explica que
“no se ha autorizado ningún medicamento homeopático que no fuera por registro simplificado”, lo que supone que
no están “sujetos a prescripción médica” y no presentan “indicación terapéutica”.
Sin embargo, todas estas regulaciones, amparadas “en la Directiva 2001/83/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 6 de noviembre de 2001, que establece un código comunitario sobre medicamentos para uso humano y define lo que es un medicamento homeopático y qué requisitos debe cumplir para su autorización”, según señalan las mismas fuentes, no despeja un interrogante. ¿Cumplirá algún día un Ejecutivo de Pedro Sánchez el compromiso adquirido en 2019 de
un informe que despeje las dudas sobre el impacto de la homeopatía en la salud de los ciudadanos? Las últimas cifras conocidas hablan de un sector en declive pero que solo en España factura
33 millones de euros.
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