El acusado de haber blanqueado 200 millones de euros (238 millones de dólares)
procedentes del
Medicare -el seguro sanitario para jubilados de Estados Unidos- ya ha sido detenido por la Guardia Civil en Madrid,
tal y como publica ABC. En concreto, se trata de un empresario cubano al que la Justicia estadounidense que desde hace cinco años residía en nuestro país junto a su familia y al que le seguían la pista por, supuestamente, 'lavar' el dinero a través de fraudes al sistema sanitarios de Estados Unidos. Su hermanastro ya cumple condena de tres años y medio de cárcel por el mismo causo, al declararse responsable de participar en el entramado, según este medio.
El arresto se produjo el viernes 28 de julio, después de que el Instituto Armado hiciese efectiva la orden de arresto contra
Jorge Emilio Pérez de Morales Sante, un empresario que empezó su negocio en los años 90 en su país natal y que luego creó la creó la mercantil Caribbean Transfers, dedicada al envío de remesas. Según el escrito de la Fiscalía de Miami, al que ha tenido acceso ABC, entre octubre de 2006 y aproximadamente marzo de 2011, Jorge Emilio y su hermanastro Eduardo, de 29 años, junto a Óscar Sánchez, Felipe Ruiz, Kirian Vega y otras personas no identificadas utilizaron la empresa para lavar un total de 02.198.026 euros.
El 'modus operandi'
El supuesto estafado
r inyectaba grandes cantidades de dinero a defraudadores del sistema Medicare en Estados Unidos. Estos, a cambio, suministraban las ganancias a través de
empresas pantalla en Canadá y México, pasando por Trinidad y Tobago y Cuba.
“El papel de Pérez de Morales Sante habría sido el de proveer de dinero limpio (que realmente eran las remesas que los exiliados cubanos de Florida enviaban a sus familiares a la isla caribeña) a esos estafadores del servicio médico en el mencionado estado, además de Michigan, Tennessee y Nueva York.
La manera que tenían de engañar al Medicare era enviando facturas falsas a ese seguro de salud. Después de recibir millones de dólares por ello, firmaban cheques o realizaban transferencias a cuentas bancarias de los mencionados países americanos. Esas cantidades eran vueltas a enviar a Cuba (donde estaba radicada la empresa del encausado) y, luego, los Pérez de Morales desembolsaban el efectivo a los defraudadores originales”, explican las fuentes a este medio.
Sin embargo, alguien se percató de la estafa y dio parte a las autoridades estadounidenses, quienes empezaron a seguirle la pista, hasta su llegada a España.
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