Al 2023 le resta prácticamente un trimestre, pero los datos recabados hasta ahora por la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT) hacen presagiar que este será, como mínimo, un año tan positivo en términos de donaciones y operaciones como lo fue el de 2019, antes del lastre que supuso la pandemia del covid. Precavida pero ambiciosa, la presidenta del organismo,
Beatriz Domínguez-Gil, constata la
“recuperación total” de esta disciplina en España, aunque advierte de que se aproxima un “escenario complicado” debido al envejecimiento paulatino de la población y a la mayor cronicidad de las enfermedades. La innovación, en la actualidad centrada en el impulso de la práctica en asistolia y el trasplante sin inmunosupresión, se presume esencial para afrontarlo.
La base sobre la que trabaja la ONT a nivel estadístico es la de 2019, un
“año récord” en el que se contabilizaron 2.301 donantes (48,9 por cada millón de personas) y cerca de 5.500 trasplantes, en su mayoría renales y pulmonares. En declaraciones a
Redacción Médica, Beatriz Domínguez-Gil aventura que España puede aproximarse a las
2.500 donaciones de órganos, e incluso se aventura a decir que se podrían
“superar discretamente” los niveles de trasplantes de hace cuatro ejercicios.
España deberá adaptarse a los retos de una población envejecida y con enfermedades crónicas
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Por ahora, eso sí, son suposiciones: “El balance es muy positivo hasta ahora,
podríamos hasta superar lo logrado en 2019, pero todavía nos quedan dos meses y medio para finalizar el año. No me atrevo a asegurarlo”, sentencia la nefróloga gallega.
Sí se puede afirmar con rotundidad que España “se ha recuperado totalmente” del retroceso que supuso en materia de trasplantes y donaciones la irrupción del Covid-19. Ya en 2022 se apreciaron signos evidentes de mejoría y hasta se pudo avanzar, con mayor firmeza, en las
líneas de trabajo e investigación destinadas a preparar al Sistema Nacional de Salud (SNS) para los retos futuros. Porque el escenario que se avecina es “complicado”, señala Domínguez-Gil, debido a los
cambios en el perfil de la población española.
Investigación sobre trasplantes en España
En primer lugar hay que tener en cuenta que, al contrario que en países como
Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, en España no existen niveles tan elevados de mortalidad por accidentes de tráfico o drogas. Ahí radica la importancia de las donaciones, detalla la presidenta de la ONT. Sin embargo, la ciudadanía española está cada vez más envejecida y acuciada por enfermedades crónicas, lo que fuerza al sistema sanitario a explorar otras fórmulas para disponer de órganos.
La donación en asistolia y la tolerancia a trasplantes sin inmunosupresión son las líneas de investigación "más potentes"
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Una de las que más arraigo tiene en España es la de la
donación en asistolia, es decir, de personas cuya muerte ha sido diagnosticada por criterios circulatorios y respiratorios tras una limitación de tratamiento de soporte vital. Según Beatriz Domínguez-Gil, el trasplantes de este tipo de órganos que generalmente “han sufrido” requiere de un “
proceso mucho más complejo” que el que se ha venido utilizando regularmente.
“Poco a poco hemos ido creciendo, innovando, y se trata de una donación cada vez más habitual en España”, destaca la responsable del ONT. Según sus cálculos, esta práctica representa ya el
42 por ciento de las donaciones que se realizan en el país, “y en breve se llegará a la mitad”.
Las otras líneas de investigación “más potentes” en la actualidad son las relativas a la
preservación de órganos y la tolerancia en
trasplantes sin inmunosupresión, de forma que el paciente no necesite recibir durante toda su vida tratamientos “que no están exentos de efectos secundarios”.
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