El
Observatorio de Resultados del Sistema Nacional de Salud (SNS) es una utopía a la que muchos se aferran por todas los beneficios que traería. Sociedades científicas y economistas de la salud explican en este artículo las ventajas que supondría para el sistema sanitario poner en marcha esta herramienta, ya que la mayor transparencia haría posible una
reorientación de recursos, pero también pondría el foco en
aspectos a mejorar en el ámbito sanitario y crearía un SNS "más homogéneo".
De hecho, desde la
Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) incluyeron la creación del mismo en su informe 'Los retos del SNS en la próxima legislatura'. "Contar con él servirá para
tomar decisiones fundamentales, porque es necesario tener datos y hacer análisis comparativos con ellos", afirma Javier García, presidente de Facme, a
Redacción Médica. "Creemos que es esencial, porque ahora
tenemos información parcial a través de determinadas bases de datos del Ministerio de Sanidad, pero se deberían incorporar datos más completos de resultados,
de infraestructuras, de accesibilidad, de calidad asistencial, de calidad percibida, etc. Tener información suficiente para orientar al sistema sanitario", añade.
Además, desde Facme perfilan también quién debería integrarse en este observatorio y citan a los servicios de salud de las comunidades autónomas,
el Instituto de Salud Carlos III, el Ministerio de Sanidad y diversos departamentos, y una representación profesional de las
sociedades científicas y la Organización Médica Colegial (OMC). "
España es muy heterogénea en cuanto a centros sanitarios, acceso a tratamientos o diagnósticos y todo eso debería ser contemplado. Además, hay algunos aspectos de atención sanitaria en nuestro país que no dependen exclusivamente de la comunidad como
son el flujo de pacientes o la atención a desplazados. Necesitamos información precisa", asegura el presidente.
¿Cuáles son los objetivos de crear este observatorio? Por un lado, desde Facme
apuestan por hacer públicos los resultados, generalizando y homogeneizando en el ámbito del
SNS las iniciativas de los observatorios que ya
existen en algunas comunidades autónomas. De esta manera, también se evaluarán los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas y sus servicios sanitarios (hospitales, áreas de salud, etc.), con lo cual la comparación de su desempeño puede servir para la mejora y
la 'copia' de buenas prácticas, pero también para reorientar recursos.
Comparación entre centros sanitarios y retroalimentación
Por su parte, desde la
Asociación de Economía de la Salud (AES) también piden que se ponga en marcha este observatorio, ya que se ha demostrado las virtudes que ofrece la
comparación entre centros sanitarios y la retroalimentación de los resultados de forma transparente a los profesionales. De hecho, los beneficios
llegan a generar importantes ahorros, al mejorar la adecuación de los procedimientos sanitarios.
"Países europeos como Reino Unido, Francia y Holanda y, fuera de Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia hace años que
utilizan la comparación de centros sanitarios, e incluso de profesionales a nivel individual, para
estimular la mejora en los resultados", explica Anna García, presidenta de AES.
Por ello, según García, hay que hacer el cambio y pasar de la competencia por comparación y la transparencia en los resultados, a su
utilización efectiva como "palanca para
mejorar la calidad y los resultados de la atención sanitaria". En esta aventura tendrán una gran participación los profesionales sanitarios, que deberán
identificar y compartir las mejores prácticas, pero también detectar aquellas que son inefectivas o ineficientes y reorientar sus recursos.
"Que la inversión pública sea acertada, que los recursos humanos sean los más cualificados (formación, investigación, movilidad, meritocracia), que los costes de servicios sean menores (con reguladores independientes), y que
se estimule la competencia por comparación en resultados son factores clave. Los elementos que habría que hacer transparentes son:
qué se hace, cómo se hace, con qué recursos y qué resultados se obtienen", específica la economista.
Cataluña y Madrid cuentan con Observatorios de Resultados
Como
ejemplos de CCAA que han tomado la delantera en este asunto están Cataluña y
Madrid. La primera publica informes anualmente a través de su
Central de Resultados con el objetivo medir, evaluar y difundir los resultados alcanzados en el ámbito de la asistencia sanitaria por los diferentes centros sanitarios a fin de facilitar una toma de decisiones corresponsable al servicio de la calidad de la atención sanitaria prestada a la población de Cataluña. Mientras que Madrid dispone de un
Observatorio de Resultados del Servicio Madrileño de Salud.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad hace públicos documentos como el
Informe anual del Sistema Nacional de Salud o los Indicadores Clave del Sistema Nacional de Salud o los Indicadores avanzados i-CMBD. Sin embargo, no publica
indicadores de desempeño de los servicios sanitarios y así coge fuerza la necesidad de un Observatorio de Resultados del SNS
"En un contexto en el que cada vez es más importante
maximizar el valor que aportan los recursos destinados a servicios sanitarios, el ejercicio de hacer transparentes los resultados de los centros parece imprescindible. Si queremos ir hacia una sanidad basada en el valor, debemos
orientar la práctica asistencial hacia aquellas actividades que generen los mejores resultados de salud posible, en relación con su coste", sostiene García.
En definitiva, la experta aboga por evolucionar de la publicación mayoritaria de resultados de actividad sanitaria hacia
indicadores de resultados que incluyan la experiencia del paciente. De esta manera, se avanzará en tres ámbitos: hacia la consecución de la alineación de costes con resultados para los centros sanitarios, hacia el
aumento de la satisfacción por parte de los pacientes y hacia una sociedad más sana con una mejor utilización de recursos. "Estamos hablando de medir para poder evaluar, que a su vez permitirá poder mejorar y
maximizar el valor de los recursos públicos invertidos en sanidad", concluye.
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