El
Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha visto reducido en 34.333.493 de euros de su
patrimonio neto durante el ejercicio de 2017, según reflejan las cuentas anuales de aquel año publicadas este martes en el
Boletín Oficial del Estado (BOE). De acuerdo con este documento, el organismo público ha pasado de los 133.456.185 de euros de 2016 a los 98.458.873 de euros en 2017.
En cuanto al
resultado presupuestario ajustado, el ISCIII ha registrado un saldo bastante
negativo, en especial si se compara con las cifras del ejercicio 2016, puesto que ha pasado de un saldo positivo de 11.942.248 millones de euros en aquel año a uno negativo de 35.371.181 millones de euros en 2017, por lo que la diferencia sería de más de 47 millones de euros.
Otro aspecto negativo que reflejan estas cuentas anuales del ejercicio 2017 del ISCIII es el de la
deuda de la entidad, que aumenta en más de 600.000 euros, de los 4.718.428 de euros de 2016 a los 5.366.655 del año posterior.
Pese a estos resultados notablemente inferiores a los del ejercicio anterior,
el informe de auditoría que acompaña a las cuentas anuales de 2017 del ISCIII califica los resultados de “favorable con salvedades”.
Errores recurrentes
Entre las salvedades a las que hacen referencia los auditores se encuentran la
carencia de un procedimiento formal en el que se establezcan las directrices a seguir por los posibles deterioros de valor de sus créditos, un saldo por valor de 177.974 euros correspondiente a facturas anuladas y una excesiva antigüedad de los del saldo de acreedores no presupuestarios pendientes de pago, cuya antigüedad media es de 8 años.
Estos problemas, apuntan los auditores, son recurrentes y ya
se pusieron de manifiesto en el anterior informe correspondiente al ejercicio 2016.
Recomendaciones
Asimismo, los auditores explican que se la rectificación de créditos y la sustitución de facturas detectadas en el seno del ISCIII, que representan una variación del 22 por ciento del total facturado,
evidencian una debilidad interna entre los servicios prestados y facturados.
Por ello, sugieren al organismo que
la contabilidad individualizada de las facturas emitidas se realice a través de una herramienta informática, con la que se reducirían los posibles errores materiales y permitiría un seguimiento “exhaustivo e individualizado” de las facturas pendientes de cobros, facilitando así su cobro.
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