Jesús Vicioso Hoyo. Cáceres
El estigma, o simplemente su temor, es un problema añadido que tiene el médico enfermo cuando se intenta superar su patología. Luchar contra esta huella negativa no es fácil, de ahí que los responsables del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) lo tengan muy presente a la hora de la adherencia al tratamiento de las enfermedades más prevalentes en la profesión médica.
Antonio Terán Prieto, psiquiatra del Paime de Castilla y León; Mar Sánchez, coordinadora del Paime en Castilla-La Mancha, y Enrique Daniel Vega, psiquiatra del Paime del Colegio de Médicos de Cáceres.
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La segunda jornada del VI Congreso Paime de la Organización Médica Colegial (OMC), que se celebra en Cáceres, ha arrancado con una revisión sobre estas patologías con mayor incidencia dentro del programa y, sobre estas, los ponentes han alertado de aspectos que ponen en peligro el éxito de la rehabilitación de los pacientes médicos. Entre ellos, Antonio Terán Prieto, psiquiatra del Paime en Castilla y León ha señalado el estigma como una barrera a tener en cuenta para superarla durante el proceso asistencial.
“Cuando les mandamos pun determinado medicamento, se van al otro lado de la ciudad a comprarlo o mandan a alguien a comprarlo, porque lo conocen”, ha ejemplificado Terán, quien también ha rechazado las denominadas ‘consultas de pasillo’ o ‘de cafetería’ entre compañeros facultativos, porque en lugar de ayudar a superar las patologías, alargan y agrandan los problemas que provocan.
Terán ha ahondado sobre la especial incidencia de la patología dual en los médicos enfermos, es decir, la presencia de enfermedad mental más una adicción, sea o no a una sustancia determinada. Según los datos de la OMC, su presencia en el Paime es actualmente del 11 por ciento, y lo peor es que su tendencia, según el experto, es alcista. “Los médicos somos más vulnerables aquí porque tienen más fácil acceso a determinadas sustancias”, ha aseverado Terán Prieto.
A este respecto, el ponente ha pedido que ante la presencia de una patología mental, se extremen las sospechas sobre la conjugación con una adicción, y viceversa, porque la dual se trata de una patología “grave, que necesita un abordaje diferente”.
Las adicciones sin sustancias, ‘in crescendo’
También está incrementando su prevalencia entre los asistidos por el Paime la adicción sin sustancia, que, como ha resaltado Mar Sánchez, coordinadora del programa en Castilla-La Mancha, tienen un perfil similar a las patologías en las que sí hay drogas u otras sustancias de por medio. Sin embargo, las que han centrado su intervención conllevan un plus de inconvenientes a la hora de detectarlas y combatirlas, como su mayor aceptación social o su relación directa con actividades cotidianas.
Además, al no haber sustancia de por medio, el paciente, especialmente el médico enfermo, no va a reconocer un problema de adicción con tanta facilidad. La ludopatía es la ‘reina’ de estas adicciones que desembocan en ansiedad o depresión que, incluso, conllevan a deudas ocultas que son uno de los principales motivos de suicidios.
Frente a todo esto, Sánchez ha invitado a ofrecer el asesoramiento jurídico de los colegios de médicos, que pueden ayudar a buscar salidas cuando parece que ya no hay camino.
Finalmente, el moderador de la mesa, Enrique Daniel Vega, psiquiatra del Paime del Colegio de Médicos de Cáceres, ha expuesto la presentación sobre los trastornos de personalidad preparada por el coordinador andaluz del programa, Bartolomé de la Fuente, que por motivos personales de última hora no ha podido asistir a la jornada. Aquí se ha expuesto, entre otros asuntos, que estas enfermedades conviven fácilmente con algunos problemas añadidos, como en la percepción del acoso laboral o falso ‘mobbing’.
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