José A. Puglisi. Madrid
Una colaboración sanitaria transfronteriza más sólida y eficiente. Ese es el objetivo que ha planteado el ‘comité de sabios’ de la Unión Europea, en línea con lo establecido en el artículo 168 del Tratado del Funcionamiento de la Unión Europea. Sin embargo, recalcan que no es una tarea fácil, por lo que requerirá de la toma de medidas políticas y que todos los Estados miembros sean capaces de garantizar una atención sanitaria adecuada, eficaz y aceptable, contando con los insumos y equipos que sean necesarios para un funcionamiento óptimo.
Fernando Lamata, integrante del panel de expertos de la UE.
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El ‘comité de sabios’ está convencido de que la colaboración sanitaria transfronteriza ayuda a promover mejores prácticas, así como a armonizar la calidad sanitaria y propone las bases para una legislación eficiente. En este sentido, pone como ejemplo las colaboraciones que ya existen entre Italia y Eslovenia o en la frontera franco-belga, mientras que recomienda a la directiva transfronteriza que facilite las normativas de atención sanitaria entre países, en especial en aquellos que cuentan con fronteras comunes.
Según explica el informe, las principales trabas a las que se enfrenta el proceso son tres: la primera, la falta de transparencia e información sobre los procedimientos y tratamientos en cada uno de los Estados miembros; el segundo, la incertidumbre que existe sobre los pagos y reembolsos; y el tercero, dificultades en el seguimiento o tratamientos posteriores (diferencia en los idiomas y ausencia de procedimientos de seguimiento internacional del caso del paciente). A las que se deben sumar las dificultades políticas, que variarán según la relación entre los países, la ley pública y territorial, así como de la inversión de los fondos públicos.
Para el ‘comité de sabios’, las soluciones están en la creación de una ley explícita sobre los beneficios de la colaboración sanitaria transfronteriza y mecanismos de reembolso, mejores estrategias de comunicación para explicar el modelo y su funcionamiento, elaborar mecanismo para compartir las mejores prácticas de cada país y alentar a las autoridades para establezcan mecanismos que sean capaces de fortalecer la colaboración sanitaria internacional. Asimismo, proponen que se establezcan prácticas para entender las diferencias en las prácticas clínicas y se abran puntos de debates para encontrar un equilibrio entre todas las partes.
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