El último estudio realizado por
Adecco ha revelado que
un 53 por ciento de los profesionales del sistema de salud muestran una notable
desconfianza respecto a la transferibilidad de sus competencias. Según este informe, titulado ‘
Navegando por la revolución de la IA y el cambiante futuro del trabajo’, solo
la mitad de los sanitarios considera que con sus habilidades podría
cambiar de empleo y ejercer en un campo laboral distinto.
Si bien es cierto que las
actividades sanitarias son campos que requieren habilidades que no se necesitan en otras profesiones, el
aspecto vocacional también es una cuestión muy influyente en este pensamiento. Esta gran dosis de vocación, en muchos casos, se emplea como excusa para perpetrar o camuflar unas
condiciones laborales abusivas en el sector sanitario.
Son muchos los profesionales que denuncian esta situación y que recuerdan qu
e la pasión por el trabajo no está ligada a querer
tener una vida fuera del hospital.
Los sanitarios no se fían de la IA
Otra de las cuestiones que ha reflejado este informe, es que
el 59 por ciento de los trabajadores del sector sanitario
no depositan su confianza en la
Inteligencia Artificial (IA), a pesar de que la consideran una
herramienta más en su trabajo. Esto se debe a que factores como
el contacto humano continúan siendo cruciales en el entorno laboral para estos profesionales, lejos de las nuevas tecnologías y los avances en comunicaciones.
Según se detalla en el informe, los trabajadores sanitarios sostienen que la IA
no puede reemplazar aspectos concretos de los profesionales como la
inteligencia emocional. Junto a este factor, tanto los médicos y como el resto de sanitarios, identifican que las competencias humanas menos sustituibles son la
empatía y la
escucha activa. Además, también consideran que las
habilidades interpersonales marcan una clara diferencia entre las personas y las herramientas de inteligencia artificial.
La experiencia humana, un factor que no se puede sustituir
Por otra parte, los profesionales de la salud admiten que existen una serie de habilidades que pueden ser más
susceptibles de ser reemplazadas por la tecnología. Este es el caso de cuestiones como el razonamiento, un aspecto que las herramientas de IA han ido desarrollando, cada vez más durante los últimos años. A pesar de que la inteligencia artificial puede ofrecer
análisis de datos o revelar patrones con rapidez y precisión, todos
los diagnósticos clínicos requieren de la experiencia humana y del juicio de un profesional.
Junto a esta, se señala la
planificación estratégica, donde la tecnología avanza gracias al gran
almacenamiento de datos del que dispone. Aun así, no se debe olvidar que la toma de decisiones en tiempo real es clave, sobre todo cuando se plantean
situaciones imprevistas con los pacientes.
Por último, la tercera habilidad más sustituible, según los profesionales, es
la gestión del tiempo. Esta puede ser sustituida por
sistemas de automatización, pero la atención médica no se limita a ser eficiente en un ratio de tiempo concreto. El
bienestar del paciente siempre juega un papel importante en lo que se refiere a una atención de calidad.
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