Redacción / J.B. Sevilla
Los internistas presumen de aportar una visión global del enfermo y, por esa razón, enfermedades con manifestaciones multiorgánicas como la diabetes mellitus entran en su rango de competencia, entre otras cosas porque suele asociarse a la obesidad, la hiperlipidemia e incluso la hipertensión arterial (HTA), es decir, la tríada clásica del enfermo que atiende el médico de esta especialidad.
En España, más del 60 por ciento de los adultos padece obesidad y cerca del 14 por ciento, diabetes. Entre los enfermos de los servicios de Medicina Interna, uno de cada tres incluye esta última en su historial clínico.
De hecho, España es uno de los países desarrollados con mayores tasas de ambas enfermedades, ya que más del 60 por ciento de los adultos presenta sobrepeso u obesidad y cerca del 14 por ciento padece diabetes. Además, es el país europeo con mayores tasas de obesidad y sobrepeso infanto-juvenil.
De acuerdo con Ricardo Gómez Huelgas, vicepresidente segundo de la SEMI, “el incremento progresivo de la diabetes está muy ligado a la obesidad y esta, a su vez, se relaciona con estilos de vida poco saludables como el sedentarismo o la dieta inadecuada”.
Por ello, recomienda “realizar ejercicio físico regularmente y seguir una dieta mediterránea tradicional, ya que ha demostrado múltiples beneficios como retrasar la aparición de diabetes o evitar ciertos tipos de cáncer, como el de mama”.
En el congreso se presenta, además, un documento de consenso en diabetes y obesidad que pretende “ayudar al médico a la toma de decisiones para un adecuado abordaje diagnóstico y terapéutico del paciente con diabetes tipo 2 y obesidad”, ha señalado el experto. Ello se debe a la importancia que se quiere dar desde la SEMI a la actualización, para su práctica clínica diaria, de los conocimientos en estas patologías tan prevalentes.
De hecho, un tercio de los pacientes atendidos en Medicina Interna presentan diabetes, cuyas causas de consulta principales son las enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular; y las infecciones como neumonías, infecciones urinarias o celulitis.
Últimas novedades en tratamientos
Junto con el aumento de la prevalencia en diabetes y obesidad de los últimos años, los posibles tratamientos para combatir estas enfermedades también se incrementan. En los últimos años han aparecido nuevos fármacos antidiabéticos, como los agonistas del receptor del GLP-1 y los inhibidores del SGLT2, que también tienen un efecto antiobesidad.
Pero, a pesar de estos nuevos tratamientos, “la cirugía bariátrica o metabólica es actualmente la mejor alternativa para obtener buenos resultados a largo plazo, tanto en pacientes con obesidad grave como en pacientes seleccionados con diabetes tipo 2 y obesidad”, indica el especialista.
Relación con otras enfermedades
Además de la evidente relación entre diabetes y obesidad, que hace que la obesidad y el sobrepeso sean responsables de casi el 50 por ciento de los casos de diabetes, estas dos enfermedades se asocian también a multitud de patologías.
Así, la obesidad va unida al aumento de enfermedades cardiovasculares (insuficiencia cardiaca o la cardiopatía isquémica), respiratorias (apnea del sueño), digestivas (colelitiasis o reflujo esofágico) y articulares. También se asocia a un mayor riesgo de cáncer de colon, páncreas, mama y endometrio, y a mayores tasas de depresión y de deterioro de la calidad de vida.
Por otro lado, la diabetes se asocia a complicaciones microvasculares específicas que pueden conducir a la retinopatía, la nefropatía y la neuropatía periférica, además de ser un factor de riesgo mayor de enfermedades cardiovasculares. Por otra parte, “en la actualidad, la diabetes es la principal causa de ceguera, de insuficiencia renal avanzada que requiere diálisis y de amputación no traumática de miembros inferiores”, ha concluido.