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El 25% de los pacientes covid desarrolla una pérdida de olfato duradera

Un estudio publicado en bioRxvi señala que este trastorno perdura cuando el SARS-CoV-2 daña las células sustentaculares

Los pacientes con pérdida persistente del olfato albergan un infiltrado difuso de células T.

24 abr 2022. 12.00H
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POR SARA CABRERO
Gran parte de los contagiados por Covid-19 han experimentado una alteración aguda del sentido del olfato y, de éstos, el 25 por ciento señala que todavía les dura. Síntomas que, según afirma un estudio publicado en bioRxvi, tienen una explicación y se encuentra en la propia nariz.

Como exponen los autores de la citada investigación -la cual no está revisada por pares-, diferentes informes han establecido que unas células concretas del epitelio olfativo, denominadas células sustentaculares, se han identificado como un "sitio principal" para infectarse de SARS-CoV-2. Sin embargo, no sucede lo mismo con las neuronas sensoriales, las cuales permanecen intactas frente al coronavirus.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambas? Según detallan los científicos, las neuronas sensoriales olfativas detectan olores volátiles a través de receptores olfativos y se reponen después del daño por las células basales neurogénicas. No obstante, las otras sufren una anosmia transitoria aguda debido a la disfunción o pérdida de estas células, así como por la inflamación, la cual altera incluso el carácter de la capa de moco que rodea los cilios neuronales.

Es por esta razón que los expertos concluyen que la reducción de la capacidad olfativa de las células sustentaculares también se asocia con un riesgo elevado de pérdida de olfato o gusto relacionado con el Covid-19.


¿Por qué la pérdida de olfato por Covid-19 perdura en el tiempo?


Hallada la razón por la cual el SARS-CoV-2 perjudica al sentido del olfato, ahora queda averiguar qué impide la recuperación para que este trastorno perdure en el tiempo. Para ello, los mismos profesionales informan de que hay “varias posibilidades” que no se excluyen mutuamente. Se refieren concretamente al daño epitelial inicial grave que elimina las reservas de células madre basales que, normalmente, se activan para reconstituir el neuroepitelio.

También mencionan la infiltración del epitelio olfativo por poblaciones de células inmunitarias, como la neuroinflamación o los fenómenos autoinmunitarios, así como la homeostasis a través de alteraciones en la expresión génica u otros medios; y, por último, los mecanismos centrales que provocan alteraciones en los bulbos olfatorios del cerebro o la corteza olfatoria.

Con todo, los autores advierten de que estos resultados "carecen de mediciones objetivas del olfato". De hecho, alertan de que las muestras se obtuvieron en el contexto de "una importante intervención médica previa". No obstante, defienden que comprender la fisiopatología de las secuelas post-agudas de la infección por Covid-19 es "una prioridad mundial". Y, en este sentido, sostienen que esta investigación brinda "información valiosa" sobre los tipos de células afectadas por este virus.

De este modo, insisten en que este enfoque demuestra que los pacientes con pérdida persistente del olfato albergan un infiltrado difuso de células T que afecta a la expresión génica en las células sustentaculares, la cual parece reflejar una respuesta a la señalización inflamatoria, que se acompaña de una reducción en el número de neuronas sensoriales olfativas en relación con las células de soporte, siendo ésta precisamente la que altera el sentido del olfato.

Por último, reivindican "nuevos tratamientos eficaces" para la pérdida de olfato y sugieren que se pueden trabajar en las mismas a partir de las ideas aquí aportadas. Además, solicitan un seguimiento más prolongado de los pacientes con disfunción olfativa de larga duración, ya que proporcionarán conocimientos continuos sobre su etiología y terapia.

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