La propagación del
SARS-CoV-2 no solo ha tenido consecuencias en la salud de las personas y se ha cobrado un elevado número de muertes en todo el mundo, sino que también ha tenido una repercusión extremadamente grave en los ámbitos social y económico de la que ninguna sociedad puede escapar. En este
segundo aniversario de lucha contra el coronavirus, los sindicatos y gestores reflexionan sobre las
lecciones aprendidas, así como las
grandes tareas pendientes para mejorar el sistema sanitario, que supone el primer batallón de contención contra este y cualquier virus.
Para el
Sindicato de Enfermería (Satse), la primera gran lección que extraer de esta insólita situación es que una crisis de salud pública puede generar una crisis económica y social extremadamente grave a nivel mundial. Por otro lado, el sindicato enfermero asegura que se ha constatado que el sistema
no estaba preparado para esta crisis sanitaria, “al no contar con los recursos humanos y medios suficientes”. “Los
recortes realizados en los años anteriores habían llevado a nuestra sanidad pública a una situación de claro deterioro y precariedad que la crisis evidenció de la peor manera posible”, lamenta.
Compromiso y sacrificio del persona sanitario
No obstante, la organización sindical presidida por Manuel Cascos también destaca una de las lecciones más valiosas: que, pese a todo, el sistema sanitario ha podido plantar cara a la pandemia
por el esfuerzo, compromiso, profesionalidad y sacrifico del conjunto del personal sanitario. “Los profesionales han puesto en todo momento por delante la salud del conjunto de la sociedad a la suya propia y la de su entono personal y familiar”, añade.
Como ‘cuentas pendientes’, Satse reivindica que, una vez superado lo peor de la pandemia, que se ha cobrado más de 100.000 vidas en España, no se han llevado a cabo ninguna de las
“grandes medidas comprometidas” para mejorar y reforzar el sistema sanitario. “No se han hecho realidad los compromisos adquiridos en la Comisión de Reconstrucción del Congreso de los Diputados para tener un sistema sanitario más fuerte, coordinado y cohesionado, no se ha aumentado lo que debería el gasto sanitario público, no se ha priorizado el sistema sanitario en la recepción de los fondos procedentes de Europa, no se han implementado nuevos mecanismos de coordinación y colaboración leal entre administraciones, no se han incrementado de manera estructural los recursos humanos en los servicios de salud, no se ha dado solución aún al grave problema de la temporalidad y precariedad…”, señala.
Por todo ello, Satse cataloga la pandemia como un
“gran fracaso” de la clase dirigente y política. Además, sostiene que, de sufrir una nueva crisis sanitaria, España volverá a "no estar preparado por no haber aprendido de los errores cometidos ni haber fortalecido en absoluto el sistema sanitario".
Campillo: "Se ha conseguido tener una Salud Pública más fuerte"
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Al igual que el sindicato enfermero, la
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) considera que una de las lecciones aprendidas es la necesidad de
aumentar la inversión en sanidad. Además, el sindicato sostiene que la Salud Pública era “una asignatura pendiente” y su desarrollo ha demostrado ser básico durante la pandemia. “Los deberes no estaban hechos y se ha conseguido tener una Salud Pública más fuerte”, señala a este periódico
María José Campillo, responsable de finanzas de CESM.
Asimismo, Campillo subraya que otra de las lecciones es la necesidad de disponer de un mayor número de UCIS. “
Alemania tenía 3 veces el número de UCIS de España y no llegó al colapso; nosotros sí. Y también tuvimos que echar mano hasta de médicos jubilados porque faltaba personal desde antes de la pandemia”, lamenta la médica.
“Falta aumentar la financiación en sanidad con por lo menos 10.000 millones más a nivel nacional.
Qué menos que llegar a 86.000 millones para llegar a la media europea, y no podemos esperar a 2050”, continúa Campillo, que pone sobre la mesa la importancia de reforzar las plantillas, que se ha demostrado que han sido “insuficientes”. “Hay que darles estabilidad y unas condiciones de trabajo adecuadas, con menos contratos temporales y sin hacerles pasar oposición tras oposición”, defiende.
El impacto de la pandemia para los gestores
La
Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) también ha echado la vista atrás para hacer un balance de estos dos años de pandemia, en los que han tenido que adaptarse a marchas forzadas a los nuevos cambios, especialmente durante la primera fase de la crisis sanitaria que planteó importantes dificultades tanto para la gestión de los recursos humanos como de los materiales disponibles.
“El Covid-19 vino sin libro de instrucciones y nos pilló con el pie cambiado”, ha explicado
Rafael López Iglesias, miembro de la Junta Directiva.
Entre los principales hándicaps que han detectado a raíz de la pandemia, han hecho hincapié en el
“déficit” de inversión pública que arrastra la Atención Primaria, por lo que ha pedido que se incremente su cuota en los presupuestos hasta
el 25 por ciento de la partida total del área sanitaria. Mientras que también han lamentado que los esfuerzos para hacer frente al coronavirus hayan dejado relegadas a otras patologías como el cáncer o los infartos. “Pensábamos que teníamos un servicio de salud invulnerable y nos dimos cuenta de que era inestable y tenía debilidades”, ha apostillado López.
A los problemas propios del sector, el directivo de Sedisa también ha incorporado algunas críticas a la clase política por su “falta de compromiso”, ya que no se produjo unanimidad en la estrategia sanitaria durante los dos primeros ejercicios. “No ha habido unión al 100 por ciento para superar el problema”. Sin embargo, cree que esas debilidades se vieron compensadas en parte por el esfuerzo que han realizado tanto los profesionales sanitarios como los directivos.
“Los gestores salvan vidas”, han valorado.
Como puntos positivos, desde Sedisa creen que la pandemia ha traído algunos cambios que han llegado para quedarse. La
digitalización de los servicios, el uso del
Big Data para preparar la estrategia sanitaria o las consultas no presenciales de telemedicina son algunas de las transformaciones que mejor valoran. Eso sí, esperan que las lecciones de la Covid-19 nos sirvan también como país para tratar de
evitar una nueva crisis derivada del conflicto en Ucrania. “Sedisa se opone frontalmente a la guerra y está a favor de la paz”, han agregado.
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