Desde que en 2003 se empezaran a recoger cifras oficiales de las mujeres que han muerto a manos de sus parejas, son ya más de 840 las asesinadas. “Hay que tener en cuenta que la consulta médica o de enfermería puede ser la única oportunidad para que la mujer pueda narrar la situación que vive”. Son palabras de la psiquiatra
Cristina Polo, que advierte de la importancia de la implicación del personal sanitario y recuerda que tanto las comunidades autónomas como el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad tienen
protocolos para este ámbito.
“Que no se lo digan al médico puede obedecer a varios motivos: que crea que es un tema privado, que no es competencia de profesionales sanitarios, que sienta vergüenza al contarlo o tema que el profesional denuncie sin contar con ella”, asevera esta especialista. Así, ante este reto,
¿qué puede hacer el profesional para salvar a estas mujeres de sus parejas? “Una forma es preguntar directamente por la relación de pareja, comprobar si en el historial médico hay accidentes frecuentes, huellas de golpes y hematomas, si padece aislamiento social o si expresa sentimientos de minusvalía”, narra Polo. Del mismo modo, si la
mujer maltratada acude con el agresor a la consulta, hay signos que orientan para detectarle: “Actitudes de desconfianza ante el personal sanitario, que responda él a las preguntas en lugar de ella o que incluso la descalifique ante el sanitario”, asevera la psiquiatra.
Con una sospecha fundada pero negado por la paciente, se puede responder de las siguientes formas: “Evaluando la situación de los hijos e hijas, pues puede no ver que ella sufre maltrato pero sí lo ve en sus hijos; transmitir la idea de que el médico está disponible para hablar de lo que haga falta; o animarla a que vaya a centros culturales o casas de la mujer”.
La forma de transmitirle la sensación de que es una mujer maltratada ha de darse “de forma cuidadosa, con respeto, sin culpabilizarla y sin juzgarla; así no se la revictimiza”, matiza Polo. Por otro lado,
si reconoce esa realidad, “debemos transmitirle la confidencialidad de la consulta, explicarle que no es conveniente que comente esa charla a su pareja, recordarle que es algo que le ocurre a muchas mujeres, transmitirle que respetaremos sus decisiones y, en definitiva, crear un clima en el que se encuentre
acogida, respetada y escuchada”.
Otra cosa es que la víctima esté en una situación de maltrato tal, que incluso “tema por su vida, si la ha amenazado con matarla, con matar a sus hijos, suicidarse…”. En ese caso, “hay que trazar un plan de seguridad y poner en conocimiento del juzgado o la fiscalía de violencia de género la situación”. Así, “si decidimos poner medidas legales, hay que comunicárselo”, sentencia Polo.
ENLACES RELACIONADOS:
Acceda a la guía de actuación de la Comunidad de Madrid.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.