Los
efectos del virus del ébola llegaron a escribir uno de los episodios sanitarios más tristes en la historia reciente de España. En octubre de 2014,
Teresa Rodríguez, auxiliar de enfermería, se convirtió en el primer positivo fuera de África después de estar en contacto estrecho con dos misioneros en las semanas previas. En un primer momento fue ingresada en el Hospital Fundación de Alcorcón pero fue trasladada al Hospital Carlos III cuando se confirmó la patología.
En estos diez años transcurridos desde que se identificara el primer caso de
ébola fuera de
África, han sido muchas las lecciones aprendidas por todos aquellos profesionales encargados de gestionar y atender la entrada del virus en nuestro país.
Redacción Médica ha hablado con los médicos y gestores que vivieron en primera línea esta crisis sanitaria, descubriendo qué herramientas usaron para contener la propagación y, sobre todo, el recuerdo personal que les quedó tras luchar contra una enfermedad que únicamente habían visto en la
facultad de Medicina.
Traslado al Hospital La Paz-Carlos III
El
Hospital La Paz de Madrid, llegó a recibir pacientes durante el
brote de ébola, una vez la enfermedad llegó a España.
José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de
Medicina Interna del centro madrileño, recuerda en
Redacción Médica haber vivido esa época profesional con mucha incerteza. "Había estudiado
el ébola en la facultad de Medicina, pero jamás pensé que iba a atender personas con esta enfermedad que parecía confinada a África Central".
El especialista rememora aquellos
momentos de incertidumbre dentro de los hospitales “teniendo la imagen de una enfermedad mortal que generaba hemorragias enormes. El paso de los años y la experiencia cosechada durante ese tiempo permitió a la sanidad aprender una enseñanza importante en Medicina, tanto a nivel científico como práctico”. Además, Arribas señala que, en el plano más clínico, "el hospital se enfrentó por primera vez a una
enfermedad nueva que no se había atendido nunca, generando un desafío enorme".
Una de las principales lecciones que se aprendió durante los contagios de ébola que afectaron a la población española fue que, en palabras del internista, “
se logró atender de forma eficaz a estos pacientes en hospitales terciarios". El brote supuso la creación de una unidad de aislamiento de alto nivel, destinada a ver a este tipo de pacientes”. El especialista detalla que este tipo de unidades están preparadas para "tratar enfermedades que no tienen un tratamiento óptimo y que supone un riesgo para la sociedad y para los
profesionales sanitarios, por lo que tienen que ser atendidas en condiciones de máxima seguridad".
Las primeras iniciativas que se llegaron a tomar contra la enfermedad fueron, en este sentido, “aprender que desde el punto de vista de tratamiento se tenía que abordar a los pacientes en unidades especializadas”. El especialista recuerda que cuando el brote llegó a Estados Unidos, "
los hospitales usaban habitaciones normales y equipos básicos, provocando contagios entre el propio personal sanitario. En España, se aprendió que el tratamiento de soporte y la reposición líquida era esencial, además que
se disparó mucho la investigación para mejorar los tratamientos frente al ébola”.
España, preparada en caso de nueva alarma
Ahora, Arribas destaca que hoy en día
“ya se cuenta con antivirales eficaces y una vacuna, que se diseñó después de la pandemia. Desde el punto de vista de conocimiento de esta enfermedad, los casi 30 pacientes que atendimos proporcionaron información y señales relevantes para aprender más sobre la enfermedad".
El experto destaca que este tipo de enfermedades tan específicas requieren
“una inversión de recursos humanos y tecnología importante, además de un personal entrenado, para poder abordarlas con seguridad”. A nivel de Medicina Interna, Arribas confirma que
“para tratar el ébola es necesario contar con internistas especializados en enfermedades infecciosas o una especialización en este tipo de enfermedades a nivel español”.
Ingresada en el Hospital Fundación de Alcorcón
Modoaldo Garrido, director gerente del Hospital Fundación Alcorcón, ha contado a
Redacción Médica que no vio errores en ninguna de las medidas ejecutadas pero sí ha destacado que
"fue una experiencia que permitió ajustar y mejorar protocolos". A su
centro acudiría la auxiliar de Enfermería acusando malestar y fiebre tras haber atendido al misionerio infectado de ébola que finalmente falleció en el Hospital Carlos III.
A su llegada, Modoaldo decidió constituir un grupo de trabajo que coordinó las actuaciones. "Durante la estancia,
la paciente fue atendida por personal médico y de Enfermería de Urgencias. El nivel de seguridad de las medidas de protección se elevó según protocolo. Teresa recibió inicialmente tratamiento sintomatológico y se le realizaron las pruebas analíticas que, finalmente, confirmaron la patología", ha indicado el director gerente.
Ese mismo día, la auxiliar de enfermería fue trasladada a la a la unidad de referencia del Hospital La Paz-Carlos III. Por su parte, "
los profesionales que habían tenido contacto con la paciente fueron objeto de vigilancia y seguimiento específico por el Servicio de Salud Laboral; el box fue limpiado y los residuos retirados, previa formación específica de los operarios de limpieza. Asimismo, se realizaron diferentes sesiones para explicar los hechos y las medidas adoptadas a todos los trabajadores del hospital", ha sentenciado Garrido.
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