Pedro Sánchez ha ratificado este viernes la designación, como nuevo
ministro de Universidades, del catedrático de Ciencia Política y exconcejal de Barcelona
Joan Subirats, que llega al Gobierno en plena marejada debido a la polémica surgida por las sospechas de fraude en torno al examen de Enfermería Familiar y Comunitaria. Pero no es esta la única materia sanitaria que tiene en cartera el mandatario barcelonés, quien también deberá culminar la futura
Ley de Universidades puesta en marcha por su antecesor, renovar la formación MIR y avanzar en asuntos como la homologación de los títulos a médicos extranjeros.
Son algunos de los retos con los que inaugura el cargo Joan Subirats, el hombre encargado de sustituir a
Manuel Castells, que este mismo jueves tomó la dimitió de su carg por cuestiones personales y de salud. El hasta ahora ministro de Universidades se marcha dejando en cocina la nueva
Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que se encuentra en plena tramitación parlamentaria y que, entre otras medidas, endurece los criterios de calidad de las Facultades de Medicina para que puedan seguir ofreciendo este tipo de grado. En la actualidad, solo seis centros cumplirían con esta normativa.
El nuevo ministro deberá contribuir a su ve a la
tasa de reposición en las universidades españolas, un problema acuciante en las facultades de Medicina y que se aborda, de hecho, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del próximo año.
Formación sanitaria y MIR 2022
La reforma integral de la Universidad española se produce de forma paralela al impulso de una nueva
regulación de la formación sanitaria especializada. El Ministerio de Universidades comparte con el de Sanidad la responsabilidad de dar salida al plan, cuya aprobación se espera para antes de la próxima primavera. El proyecto incluye las líneas generales para la creación y revisión de los títulos de
especialista en ciencias de la Salud, así como de los diplomas en área de capacitación específica (ACE). El impulso de la norma, no obstante, puede verse obstaculizado por no encontrar aval legislativo al disponer de una memoria presupuestaria insuficiente, tal y como informó Redacción Médica.
A todo ello se suman los problemas derivados del
Covid-19. Precisamente, Subirats llega al Gobierno en plena
escalada de contagios, y queda por concretar de qué manera afectará esta situación al desarrollo del
examen MIR de 2022. Por ejemplo, ya se plantea la posibilidad de que los centros exijan el pasaporte covid a los aspirantes. Según comunicó el Ministerio de Sanidad a este periódico, el protocolo de las pruebas de acceso a la FSE se establecerá finalmente siguiendo las recomendaciones de Salud Pública y de la evolución de la situación epidemiológica, por lo que no se descarta una posible exigencia de dicho documento.
Subirats deberá asimismo profundizar en el proceso de simplificación de las tramitaciones para la
homologación de los títulos universitarios de extranjeros que hayan estudiado fuera,
incluidos los de Medicina. El objetivo de esta norma es el de reducir el proceso hasta los seis meses, tal y como consta en el real decreto de equivalencias que publicó recientemente el Ministerio de Universidades.
Polémica en el examen de Enfermería Familiar y Comunitaria
Nada más tomar posesión del cargo, el nuevo ministro de Universidades deberá también apagar el incendio provocado por los rumores de fraude que rodean al examen de
Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria.
Fuentes del departamento explicaron, no obstante, que la prueba
“tiene total validez”, pues “no pueden verse perjudicadas el resto de personas”, aunque añadieron que una comisión evaluadora está realizando “las investigaciones necesarias”. “En cuanto se identifique al autor o autores de dicho acto se tomarán las medidas pertinentes”, zanjaron.
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