El
abandono de médicos y enfermeras podría suponer un
déficit de profesionales sanitarios que podría llegar hasta los
10 millones en todo el mundo a finales de 2030. Así se desprende en un estudio del
Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publicado este martes, en el que se analizan los efectos de la pandemia de Covid-19 en los diferentes sistemas sanitarios y el aumento del
burnout en el colectivo. El informe sostiene que el coronavirus
aumentó la presión en los sistemas sanitarios, afectó las cadenas de suministro global de productos esenciales y llevó a muchos sobrecargados trabajadores del sector a situaciones límite.
“El peligro de la
violencia contra estos trabajadores y la sobrecarga es real, y es la causa de que muchos sanitarios consideren dedicarse a otras profesiones”, señaló en un comunicado del foro el médico indio
Kashish Malhotra. Según el análisis, la pandemia exacerbó los desafíos enfrentados por los trabajadores de la salud, incluido el
agotamiento, la
enfermedad y
problemas de salud mental y bienestar.
"Incluso antes la pandemia, el sector salud fue uno de los sectores más peligrosos para trabajar", señalan, incidiendo en que los sanitarios tienen
cuatro veces más probabilidades de ser agredidos que otros profesionales en el lugar de trabajo general, con los que corren mayor riesgo, incluidos los médicos jóvenes y enfermeros, los que trabajan en hospitales públicos, urgencias, unidades de cuidados intensivos o áreas aisladas.
Caída de la cobertura sanitaria
Por otro lado, el estudio pone de manifiesto que la pandemia expuso
disparidades en la cobertura global de salud esencial, impactando especialmente en mujeres, niños y adolescentes, con una
caída del 25 por ciento en la cobertura sanitaria. De hecho, cerca del 90 por ciento de países encuestados asegura haber tenido que
interrumpir servicios de salud; una problemática que se vio acentuada en países de bajos y medianos ingresos.
Ante los
datos recopilados en el estudio, los autores del mismo abogan por establecer
iniciativas a más corto plazo, así como objetivos que equilibren las necesidades de las diferentes partes interesadas. Entre estas acciones, destacan la necesidad de
implementar las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre salud mental en el trabajo; e incentivar la
inversión de la industria privada para impulsar la innovación en el desarrollo de medicamentos y comercialización, optimización de la cadena de suministro y prestación de asistencia sanitaria.
Impacto de la telemedicina
Asimismo,
WEF subraya que la pandemia contribuyó a acelerar campos del sector sanitario como la
telemedicina que pueden ayudar a reducir la carencia de personal y mejorar el acceso a consultas médicas por parte de personas que viven en zonas remotas. “Con una señal de wifi y mejor acceso digital, el paciente de una zona rural podrá consultar a un trabajador sanitario de una ciudad cercana o en cualquier otra parte del mundo”, destaca el informe, que subraya el
descenso en los costes por paciente que la telemedicina puede producir.
En este sentido, también se apuesta por el
metaverso, una plataforma que puede tener
"múltiples aplicaciones potenciales en asistencia sanitaria", como la prestación de servicios de telemedicina en un entorno más inmersivo e interactivo y que permite rastrear la respuesta del paciente al tratamiento. "Es el momento de llevar adelante los
aprendizajes clave de la respuesta a la pandemia y alinear a las partes interesadas, las industrias, los países y los sectores en una visión compartida de la salud y la atención médica para 2035", concluye WEF, que celebra su gran cita anual de líderes políticos y económicos, el conocido como
Foro de Davo.
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